Sábado, 23 de Noviembre 2024
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El significado de la Cruz

Hace tiempo, un amable lector me comentaba acerca de un artículo mío que había escrito sobre Dios

Por: EL INFORMADOR

Hace tiempo, un amable lector me comentaba acerca de un artículo mío que había escrito sobre Dios. Resumiendo su pensamiento en un concepto que me parece muy exacto para estos tiempos de reflexión, decía: “Nuestra relación con Dios se ha vuelto muy vertical y hemos olvidado su horizontalidad”.

Vertical porque basamos esta comunicación siempre de abajo hacia arriba. Es decir constantemente le pedimos, le rogamos, le juramos y hasta le exigimos. Mientras olvidamos la importancia de la horizontalidad en nuestra espiritualidad. Esto es: la conmiseración por los demás, el prójimo, el abandonado, el que no tuvo la suerte que tú has tenido.

Y de eso está hecha la cruz; una parte vertical y otra horizontal.

Aprovecho la meditación del Teólogo español José Antonio Pagola. ¿Qué hace Dios en la cruz?, para dejarte una reflexión en esta Semana Santa.

Según el relato evangélico, los que pasaban ante Jesús crucificado sobre la colina del Gólgota se burlaban de él, y riéndose le decían: “Si eres hijo de Dios, bájate de la cruz”. Jesús no responde a la provocación. Su respuesta es un silencio cargado de misterio. Precisamente porque es hijo de Dios permanecerá en la cruz hasta su muerte.

El “Dios crucificado” no es un ser omnipotente y majestuoso, inmutable y feliz, ajeno al sufrimiento de los humanos, sino un Dios impotente y humillado que sufre con nosotros el dolor, la angustia y hasta la misma muerte. Con la cruz, o termina nuestra fe en Dios, o nos abrimos a una comprensión nueva y sorprendente de un Dios que, encarnado en nuestro sufrimiento, nos ama de una manera increíble. Ante el crucificado empezamos a intuir que Dios, en su último misterio, es alguien que sufre con nosotros.

Nuestra miseria le afecta. Nuestro sufrimiento le salpica. No existe un Dios cuya vida transcurre, por decirlo así, al margen de nuestra penas, lágrimas y desgracias. Él está en todos los Calvarios de nuestro mundo.

Este “Dios crucificado” no permite una fe frívola y egoísta en un Dios omnipotente al servicio de nuestros caprichos y pretensiones. Este Dios nos pone mirando hacia el sufrimiento, el abandono y el desamparo de tantas víctimas de la injusticia y de las desgracias. Con este Dios nos encontramos cuando nos acercamos al sufrimiento de cualquier crucificado. Los cristianos seguimos dando toda clase de rodeos para no toparnos con el “Dios crucificado”.

Hemos aprendido, incluso, a levantar nuestra mirada hacia la cruz del Señor, desviándola de los crucificados que están ante nuestros ojos. Que nuestro beso al Crucificado nos ponga siempre mirando hacia quienes cerca o lejos de nosotros, viven sufriendo.

Felices vacaciones. Disfruten a su familia. Yo también lo haré.

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