El que ‘‘metropolizare’’ será…

Enrique Alfaro Ramírez habla rápido y fuerte, pero claro. No se atropella con las ideas y las dirige bien a los objetivos que se traza. Está en el cargo al que aspiró desde hace tiempo, a pesar de su juventud: ya es alcalde de Tlajomulco, luego de haber sido secretario y regidor en dos administraciones municipales anteriores, y luego de su paso por la legislatura que está por concluir.

Se mueve entre el lodazal que dejó su antecesor, el panista Antonio Tatengo, según las evidencias que ya han salido a flote sobre innumerables anomalías y presuntos actos delictivos que Alfaro y su equipo están revisando con lupa hasta esclarecer todos los movimientos irregulares que pudieron haberse cometido en el trienio anterior. Pero se da tiempo para poner atención a un tema al que le dedicó mucho tiempo y trabajo en su papel como diputado local: la Ley de Coordinación Metropolitana, aprobada “al cuarto para las 12”, en la que prácticamente fue la última sesión de la agonizante legislatura.

En entrevista, Alfaro Ramírez puntualiza: “La reforma metropolitana ahora está a prueba para ver si la base jurídica que logramos construir puede estar acompañada de voluntad política efectiva de los presidentes municipales; es la primera vez que las administraciones municipales arrancan con un andamiaje jurídico formalmente establecido, ahora falta el ingrediente más importante: la voluntad”.

Lo dice con conocimiento de causa, porque como presidente de la Comisión de Asuntos Metropolitanos, y siendo ya alcalde electo, padeció el desdén de algunos de sus colegas priistas que no atendieron llamados para acudir a mesas de trabajo, en el tramo final de la revisión de la ley.

Así alude Alfaro a ese desdén: “La última parte de la reforma metropolitana se dio interactuando ya con los alcaldes electos de la nueva Área Metropolitana de Guadalajara (ya no “zona”), y me sirvió para darme cuenta que va a ser difícil ese ejercicio de coordinación, porque en el discurso es muy fácil decir ‘coordinación metropolitana’, ‘agenda metropolitana”, ‘planes metropolitanos’, pero en la realidad estamos a prueba”.

Puntilloso, Alfaro cuestiona: “Primero debemos superar el debate metropolitano que ha estado en el terreno de la pose, de la foto, y se ha quedado en la forma. A lo que hemos llegado es a pintar patrullas, y eso no es coordinación metropolitana”.

Y deja un reto sobre la palestra: “Yo quisiera empezar por pedirles a los presidentes municipales que lean la ley, porque si no, vamos a empezar a dar tumbos. Los alcaldes priistas, que son siete de los ocho que integramos el área metropolitana, van a tener una gran responsabilidad; yo les he ofrecido mi voluntad para sentarme, cuando me convoquen, a una mesa de coordinación”.