El poder de las Redes Sociales

Hace una década no era sino una previsión entre la ficción y la tragedia; ahora es un hecho incontrovertible de expresión exponencial con el atributo adicional de efectos globalizantes.

El lejano Egipto queda en relieve a través de la información que fluye a través de los medios de comunicación; la erupción de la violencia desde las raíces de su población insatisfecha con el régimen de treinta años.

Las Redes Sociales, así con mayúsculas, demostraron el poder de convencimiento entre la población joven, dando paso a manifestaciones, que no por imprudentes han dejado de causar desdicha en decenas de familias.

La ruptura con lo establecido abre la duda respecto a los auténticos valores de la democracia, vistos como la voluntad depositada por el pueblo hacia sus dirigentes que no han sabido y podido equilibrar poder y equidad de auténtico bienestar.

Los recursos naturales tampoco son ajenos a las circunstancias en Egipto y otras regiones y países, donde la cesión de derechos a potencias extranjeras margina el aprecio y atención a las necesidades de la población que ve la exportación de recursos sin alcanzar el propio. Egipto desde su capital El Cairo, residencia del poder, está convertido en foco de reflexión mundial respecto al apoyo extranjero a un régimen con paulatino alejamiento de la población y sus necesidades; población mayoritariamente joven con aspiraciones insatisfechas que se ha unido a través de las Redes Sociales en un proceso incontenible de rebeldía al que no se ve final cercano por los altos intereses en juego.

El malestar generalizado en el mundo se focalizaba en países y aun en regiones, con bases ideológicas dotadas de promesas e ilusiones. Ahora la crisis de un país se convierte en amenaza en otros donde cunde el ejemplo y la desesperación alienta esa violenta rebeldía respecto a la inequidad y falta de perspectivas claras y definitivas para el hombre en su circunstancia actual.

De la ficción del germen informático hemos pasado a la tragedia. Cada día son millones los mensajes de todo tipo, incluyendo los aceleradores de inconformidad, puesto que también son más los elementos convertidos en satisfacción para la población urbana, requirente de medios para alcanzar la vida digna a que tiene derecho.

Por esto y más Egipto no es un país lejano más allá de lo geográfico, donde los recursos naturales han cobrado carta de naturalización mundial con ramificaciones económicas de alta dependencia con países desarrollados para lograr autosuficiencia y, lo más importante, autodeterminación.

De acuerdo a los parámetros actuales de tiempo y espacio en poco tiempo veremos las consecuencias.

Dios nos guarde de la discordia.