Viernes, 22 de Noviembre 2024
México | POR LUIS ERNESTO SALOMÓN

El genio sale de la botella

Las nuevas tecnologías de información de internet y la televisión por satélite fueron los instrumentos detonadores. El poder blando de —Twitter y Facebook— hijos del Silicon Valley mostraron ser más eficaces que el Pentágono

Por: EL INFORMADOR

Luis Ernesto Salomón.  /

Luis Ernesto Salomón. /

La revuelta de Túnez develó un rostro hasta entonces oculto: la sociedad tomó acción pasando por encima de las tradicionales estructuras de poder. La gente exigió satisfacer sus expectativas de libertad y bienestar igualitario. Después del derrocamiento del régimen de 30 años de Hosni Mubarak en Egipto, el mundo occidental pasó del asombro a la certeza de que Oriente Próximo ha despertado.

Aún no sabemos si se impondrá el despertar democrático en esa región del mundo, o sólo se producirán cambios en las elites autoritarias, ni si esto conducirá a un orden estable o al caos radical. Pero es claro que ha llegado el fin de una era para la región. Muchos países resentirán los efectos, aun Irán y Arabia Saudí.

Los problemas sociales son parecidos a los de América latina: represión política, subdesarrollo económico y altos niveles de pobreza, falta de educación, alto desempleo y presiones de una población joven y en crecimiento.

Allá la situación se vio agravada por la incompetencia de los regímenes autoritarios de la región, que han sido incapaces de ofrecer alguna perspectiva a las expectativas de sus jóvenes que son parecidos a nuestros “ninis”. Era sólo cuestión de tiempo para que este barril de pólvora se encendiera.

Las nuevas tecnologías de información de internet y la televisión por satélite fueron los instrumentos detonadores. El poder blando de —Twitter y Facebook— hijos del Silicon Valley mostraron ser más eficaces que el Pentágono.

Las herramientas digitales de los Estados Unidos se convirtieron en los instrumentos de la revuelta de la juventud árabe y serán de otras muchas muestras inconformidad, incluyendo nuestros países. Seguramente las revoluciones de Oriente Medio habrán de cambiar las estructuras sociales de aquellas naciones, pero el proceso será lento, porque a diferencia de lo que sucedió en París de 1968, y Berlín en 1989, las estructuras institucionales occidentales no están maduras en aquellas naciones como sí lo estuvieron en Europa. Lo que sí sucederá es un reacomodo militar que acentuará la presencia norteamericana en la zona. A diferencia de los países de Europa Oriental, los árabes no tienen la posibilidad de formar parte de la Unión Europea con sus ventajas, sino que deben tomar un camino propio. Es más, existe el riesgo del fracaso democrático en manos de grupos oportunistas que ya se frotan las manos. Y qué decir de las distorsiones económicas que se producen en distintos mercados.

La revolución del jazmín es una lección para América Latina, porque aunque la inconformidad no está en los niveles de aquellas naciones, sí existe una presión enorme por la ancestral pobreza y la debilidad de las instituciones. Si bien es cierto que México no está en las condiciones de Egipto, también lo es que los cauces de la inconformidad social serán cada vez más amplios usando las tecnologías emergentes y la movilización inmediata.

La acción política en países emergentes ya no será la misma. Los políticos y los partidos tienen el enorme reto de comprender este cambio, porque pueden ser los grandes perdedores, ahora que la base social aparece. El genio ha salido de la botella. Ha dejando en el muro de Facebook una frase: más ciudadanos libres y menos opacidad corrupta.

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