Domingo, 20 de Octubre 2024
México | Tren Parlamentario

El gasto público y la escasez

Por Vicente BELLO

Por: EL INFORMADOR

En el encontronazo que ayer los poderes Ejecutivo y Legislativo han protagonizado, en torno de la escasez de estos días, se confirmó que la derrota y la pobreza siempre han sido huérfanas.

Mientras al Presidente Felipe Calderón no lo han bajado de un “incongruente” que, además, es “candil de la calle y oscuridad de su casa”, a los legisladores de la oposición se les ha tildado… de lo mismo, porque a través de sus gobiernos estatales y municipales no sólo han malgastado “el mayor presupuesto de la historia”, sino que lo derrocharon para beneficios electorales.

En la víspera, José Antonio González Anaya, jefe de la Unidad de Coordinación con entidades federativas de la Secretaría de Hacienda, había lanzado un fogonazo de marca mayor hacia la Federación toda: los gobiernos locales, en 2008, habían gastado 90 mil millones de pesos adicionales de participaciones; algo así como la suma de 370 mil millones de 2007 a la fecha.

Respondía Hacienda así a la afirmación que habían hecho hacía tres días gobernadores y presidentes municipales de todo el país, en la que criticaban a Hacienda su muy poca sensibilidad para reducir el Presupuesto de 2009, sin haber pedido opinión alguna; como si en vez de una República federal fuera la oficina administrativa de una empresa privada. O, peor aún, de una dictadura, en la que un Congreso legislativo o Parlamento sólo están para simular un juego democrático.

El revire que, al Presidente Felipe Calderón, ayer dieron los opositores desde el Congreso tampoco tuvo igual. Y fue de tal peso el hecho que le restregaron que incluso el PAN tuvo que tragar aceite, concediendo.

Un diario capitalino (el Reforma) publicó información sobre hechos que colocan al Presidente de la República en situación comprometida con la ética y la congruencia. Mientras por un lado envía a su ujier González Anaya a darle de palos a ese avispero llamado Federación (gobiernos estatales y municipales), por otro descuida la parte trasera del pavorreal. La Presidencia de la República, en Los Pinos, ha protagonizado un ejercicio rayano en la malversación. Incluso a sabiendas –presumían ayer priistas y perredistas-- de que la crisis iba hacia donde ahora está.

Incisivo fue el senador Manlio Fabio Beltrones (PRI): “si en la Casa Presidencial, Los Pinos, no hay orden en el gasto, y éste puede ser incrementado unilateralmente y de manera equivocada, como hoy sufre, pues no existe autoridad política ni moral para poder orden en las diversas secretarías de Estado”.

Carlos Navarrete (PRD): “No actuó (el Presidente) en consecuencia, pese a que desde hace meses se sabía cuál era la situación”. Y remachaba, diciendo al Ejecutivo que descuidó su autoridad moral, y le sugería que el “buen juez por casa empieza”.

Gustavo Madero (PAN), sigiloso, admitía que Los Pinos tenía que demostrar mayor eficacia administrativa. Pero doblaba en la esquina yéndose hacia estados y municipios: “como nunca en su historia han tenido recursos, y ahora se nos dice que están en quiebra”.

Nadie, ayer, se acordó sin embargo que desde hace años unos y otros han propuesto leyes encaminadas a ejercer el gasto público con calidad y con honradez. Sobre la calidad del gasto hay tres iniciativas de reformas “congeladas” en comisiones de San Lázaro: una del PAN, otra del PT y una más del PRD.

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