Martes, 26 de Noviembre 2024
México | ATANDO CABOS POR DENISE MAERKER

El fracaso vecinal

El ciudadano, para serlo de verdad, necesita desarrollar una serie de cualidades con las que no se nace

Por: EL INFORMADOR

Denise Maerker.  /

Denise Maerker. /

Definitivamente, traemos mal las prioridades. Todos.
Ayer en el Distrito Federal se llevaron a cabo las elecciones vecinales y nadie fue a votar. No es una exageración. En mi colonia, que consta de 52 cuadras, sólo votaron 310 personas. Y no fuimos los menos participativos. Se veía venir. 90% de los ciudadanos de la ciudad no estaba enterado de que ayer iban a haber elecciones y los que sabíamos sólo nos podíamos enterar de quienes integraban las planillas y de sus propuestas si nos entregaban un tríptico en mano. ¡Prohibido pegar anuncios, hacer debates o vocear!

Es grave. La democracia por la que tanto han luchado muchos mexicanos desde hace generaciones exige ciudadanos participativos. El ciudadano, para serlo de verdad, necesita desarrollar una serie de cualidades con las que no se nace. Por eso son tan importantes las elecciones en la escuela para elegir jefe de salón o de generación; las reuniones de condóminos, los clubes deportivos compuestos por socios y organizados en asambleas, los sindicatos democráticos. En todas esas instancias, de preferencia desde niño, se aprenden las cualidades necesarias: la paciencia para escuchar a los otros, incluso cuando las intervenciones son largas y desde nuestro punto de vista, inútiles o reiterativas; la tolerancia respecto a quienes opinan distinto o representan posiciones que afectan nuestros intereses; la capacidad para defender, argumentar y convencer a los otros de lo bien fundados de nuestros planteamientos, y sobre todo a ganar y a perder. No es fácil y muchos de nosotros no hemos tenido ese entrenamiento.

Estas elecciones eran una oportunidad y se perdió. Sí, los otros temas de la semana o del mes eran importantes: la campaña de Marcelo Ebrard para la presidencia y su enfrentamiento con la Iglesia, los cinco asesinados del Ajusco..., pero lo que verdaderamente habría podido contribuir de fondo a cambiar nuestro futuro común, nuestra forma de tomar decisiones, el control que ejercemos sobre las autoridades, eran estas elecciones.

Y es que a nivel manzana se dan los problemas que más importan, que más lastiman y más enfrentan. El vecino violento o ruidoso, el agandalle de los “franeleros”, la distribución justa o no del agua, la definición del uso de suelo, las estrategias de prevención y de seguridad, el manejo de la basura y la limpieza.

Era una gran oportunidad para dejar de sentirnos siempre víctimas de las injustas decisiones de otros y empezar a tomar responsabilidades. No fue así. Los medios no le dimos la importancia debida, Ebrard se fue a España, el Instituto Electoral se la pasó quejándose de la ley, la falta de dinero y de tiempo y la mayoría de los asambleístas parecían interesados en mantener el secreto para que nadie votara y les bastara, con un puñado de votos, a sus tribus o partidos para hacerse con el control de los comités ciudadanos que van a representar a los ciudadanos ante la autoridad.

¡Una más que dejamos pasar!

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