Lunes, 21 de Octubre 2024
México | Vicente Bello

El campo de golf y los surcos

Alberto Cárdenas Jiménez, éste y los diputados de oposición se internaron ayer por llanos, cañadas y caminos sembrados de abrojos y de sequías y tormentas

Por: EL INFORMADOR

En la comparecencia del titular de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), Alberto Cárdenas Jiménez, éste y los diputados de oposición se internaron ayer por llanos, cañadas y caminos sembrados de abrojos y de sequías y tormentas. Y de discordia. Un asunto sí quedó muy claro: que el Ejecutivo federal y el Legislativo tienen visiones diametralmente opuestas sobre el campo mexicano.

“Han creado ustedes”, restregaba a Alberto Cárdenas el diputado federal Alfredo Ríos Camarena (PRI, Nayarit), “un campo ganador que compara los lujosos ‘links’ de los campos de golf con los miserables surcos de los ejidos, de los campesinos mexicanos. Ésas son sus campañas: miserables y grotescas”.
Hacía un instante, el mismo Ríos había engarzado el debate a la crisis económica planetaria de la que hoy todo mundo habla, diciendo: “La razón estructural de estas crisis financieras, las más graves de la historia, es la desatención a la producción agropecuaria en el mundo. Pero en un país como éste, donde la fuerza hegemónica han sido los campesinos, se ha abandonado de la manera más miserable, más terrible que recoge la historia contemporánea”.
Incisivos los priistas. Incisivos los perredistas. En su discurso de apertura, Alberto Cárdenas Jiménez había descrito a un campo ganador, exitoso, exportador. “Hoy somos el doceavo país productos y exportador de alimentos en el mundo y el octavo importador”.

Y le ponía cifras, sobre la producción alimentaria en los recientes 15 años: “En maíz pasamos de 14 a 25 millones de toneladas; en hortalizas crecimos de seis a 11.5 millones; en fruta crecimos de 11 a 17 millones de toneladas; en cultivos industriales avanzamos de 42 a 55 millones. Pasamos de 118 millones a 175 millones de toneladas (de producción de granos); en carnes pasamos de 3.6 a seis millones; en leche pasamos de siete mil 600 a 10 mil 400 millones de litros”… Y el subrayado: “Estamos entre los principales actores mundiales en la producción de alimentos”.

Comenzaba la comparecencia. Todavía dijo: “Vamos para adelante, no hay duda, pero nunca dejaremos de voltear la mirada por quienes se han quedado rezagados para extenderles la mano y jalarlos hacia el bienestar”.

La suerte estaba echada. O las cartas. En comisiones, hacía unas horas el subsecretario de Hacienda Alejandro Werner había dicho que incluso “en los próximos 14 meses serán detonados mil millones de pesos de crédito al campo, adicionales”.

Werner estaba en San Lázaro para entregar, oficialmente, el ajuste a los presupuestos y a los criterios macroeconómicos que, en la víspera, Felipe Calderón había anunciado. Egresos llegaba ahora con menos 27 mil 600 millones de pesos. Pero también con cambios de partidas. Una de ellas escocía de manera singular al PRI, porque involucraba al campo mexicano. Cruz López Aguilar, líder de la CNC, acusaba que el gobierno federal había quitado 8 mil 800 millones de pesos de programas destinados a construir infraestructura en el campo, enviándolos a la Secretaría de Desarrollo Social, para que desde allí el gobierno federal supuestamente los reparta.

Y los subejercicios. De hecho, fue uno de los temas torales de la comparecencia. La oposición, particularmente el PRI y PRD, reclamaron airadamente, una y otra vez a Cárdenas Jiménez que habiendo sido el presupuesto 2008 para el campo el de mayor tamaño en la historia, no haya sido ejercido a plenitud, pero que además, tramposamente, con más mala leche que ignorancia, el gobierno de Calderón a través de Cárdenas ahora acoten los tiempos para que lo no ejercido sea concentrado este 1 de noviembre para que ese recurso sea ejercido después mediante el mecanismo de ejecución nacional. Y ello implicará que quien “cacaraqueará el huevo” será el gobierno federal y no las organizaciones campesinas, ni los gobiernos estatales y municipales.
A Cárdenas, reclamos le sobraron. Adriana Díaz (PRD): Lo paradójico del caso es que dice que este año se producirán 195 millones de toneladas de alimentos para abastecer el mercado interno, pero no se cubrirá la necesidad de alimentos básicos. Y tampoco menciona que Cargill y Maseca recibirán el 80 por ciento de los subsidios.

Cárdenas: “En estos tiempos ningún país del mundo es autosuficiente en alimentos”. Díaz en su réplica: “los recursos no están llegando a productores de baja y extrema pobreza, ni a medianos y pequeños”.

Entonces venía Alfredo Ríos, el primero de la tarde que invitó, urgió a Cárdenas a renunciar: “Usted es un hombre que aprecio en lo personal como un hombre de bien, pero no tiene la capacidad. Es absolutamente incompetente, igual que la burocracia que lo rodea”.
Cárdenas respondía. Las reglas de operación –otro factor criticado por los opositores- están sujetas a que no se desvíe un solo peso”. Y eso ha marcado la lentitud del ejercicio, decía.

Los opositores veían otra versión: el gobierno federal pretende manipular a los productores del campo y parte de su estrategia es retrasar –con el pretexto de las reglas de operación- la entrega de los recursos para ellos en el 2009 hacerlo.

Por momentos la atmósfera de la comparecencia levantó ámpulas. El diputado priísta Isael Villa Villa incluso expresó: “A usted le gusta mucho que lo nombre, usted se autonombra ‘el caballo negro’, diría que por su cerrazón usted se debería autonombrar ‘el burro pardo”.

Fue cuando se detuvo un momento el tiempo en San Lázaro. Cárdenas endureció el rostro; Héctor Larios movía negativametne la cabeza. Una docena de panistas se pusieron de pie. En el curulerío priísta, las miradas convergieron hacia Villa, pero también hacia Emilio Gamboa, que algo susurraba a uno de sus compañeros. Se escuchaban risas. Finalmente, esa frase quedaba fuerza de la versión estenográfica. Villa pedía respeto a Cárdenas. Algo se habían dicho en otro momento.

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