El aguijón de la muerte

La Cámara de Diputados describió ayer a uno de los aguijones de la muerte que más dolor han causado, y causará, en México: la enfermedad del cáncer, cuyas cifras más recientes refieren que en el 2007 unos 65 mil mexicanos –de 110 mil- murieron acometidos por el cáncer de mama (mujeres) y el de próstata (hombres), sin contar que 7 mil niños se están formando cada año frente a esa entrada infernal del dolor, que sólo es capaz de mitigar el fortalecimiento espiritual de cada persona.

Reverberaban en San Lázaro y Xicoténcatl las reacciones sobre lo que, un día antes, había venido a decir Carlos Slim a la Cámara de Diputados. Pero el aguijón de la muerte había puesto en una misma sintonía a todos los diputados; lo que no ocurre muy seguido. Hacía cinco días apenas, el jueves, el diputado federal panista Andrés Bermúdez Viramontes había muerto en una cama de Houston. El cáncer se lo llevó.

Fue el diputado Humberto Dávila Esquivel quien comenzó. De aquellos 7 mil niños que en México adquieren cada año la enfermedad, decía, sólo 1,500 tienen seguro social “y el resto tiene que buscar apoyo de organizaciones civiles o se enfrentan ante la dramática situación de sufrir la enfermedad sin una atención especializada y oportuna”.

Estaban de hecho, celebrando el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer, cuya fecha es los días 4 de febrero. María Mercedes Maciel, del Partido del Trabajo, ya citaba a la Organización Mundial de la Salud, que afirma que el cáncer se lleva para el otro barrio, cada año en todo el mundo, a ocho millones de personas. Y la prospectiva que ha hecho la institución mundial es en el sentido de que cada año habrá más gente aguijoneada por la letal enfermedad.

En México, decía Maciel, se mueren de cáncer de mama 16 de cada 100 mil mujeres. Más incluso que las que se van por el cervicouterino. Y en los hombres la mayoría de los que murieron fue por tenerlo en la próstata, así como en el tracto respiratorio y en el estómago.

Beatriz Manrique Guevara, del PVEM: “Sus causas son muy diversas: desde factores genéticos hasta ambientales; también el tipo de alimentación, los hábitos cotidianos”.

Guevara informó: “El cáncer de pulmón es el más frecuente a nivel mundial, y el de mama en las mujeres de países industrializados.

¿Y en México? Ella se respondió: “Aquí y en algunos otros países se observa que la prevalencia del cáncer es variable de acuerdo al género. En las mujeres los tumores por cáncer cervicouterino y de mama son los que más muertes ocasionan, seguido del cáncer de hígado y estómago. En los hombres –remachaba lo que había dicho Maciel- los tumores malignos que más causan muerte son los de tráquea, bronquios, pulmón, próstata.

Y remachaba: “DE acuerdo con la Organización Mundial de la Salid, la frecuencia del cáncer seguirá aumentando hasta convertirse en la primera causa de muerte en los países desarrollados”.

Guevara dijo: “Afortunadamente más del 30 por ciento de los tumores malignos pueden prevenirse”. Y apostillaba: “Evitando la exposición a factores comunes de riesgo, como el humo del cigarro y los alimentos contaminados con agroquímicos”.

Y ponía en el casillero de lo sobresaliente al Instituto Nacional del Cancerología, aportador de conocimiento médico mundial, decía, especialmente sobre el cáncer de mama y el cervicouterino.

Llegaba el de Convergencia, Juan Abada de Jesús. A pesar de que es una enfermedad que irá creciendo en nuestra población, decía, todavía las instituciones sociales y médicas en el país no se han integrado en un frente común para combatir a la enfermedad.

Ahora la diputada María Dolores Lucía Ortega, del PRI. “En este Día Internacional contra el Cáncer”, decía, “un hecho significativo es que aproximadamente el 30 por ciento de las defunciones por cáncer son prevenibles. De manera general, la OMC identifica que el consumo de tabaco, a nivel mundial, es el principal factor singular de riesgo de cáncer. Sin embargo, hablar de cánceres es identificar a un grupo de más de 100 enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del organismo”.

Y los tipos de cáncer más frecuentes en el mundo, ya insistía la legisladora, “ordenados según el número de defunciones mundiales son, en hombres, el de pulmón, estómago, hígado, recto, colon, esófago y próstata. Y en mujeres, el de mama, cuello uterino, colon, recto y estómago”.

Ella también hacía hincapié en que en México hace falta, con urgencia, “hacer un frente común en la lucha contra el cáncer y promover medios significativos para aliviar la carga nacional de esta enfermedad”.

Y hacía la advertencia: “Quiero aprovechar esta fecha para ponderar el cáncer de mama, cervicouterino y el pulmonar, porque constituyen indicadores de salud en países en vías de desarrollo y sus tendencias en la mortalidad, que van en aumento. En 2007, la mortalidad por esta causa en México fue de 16.4 defunciones por cada 100 mil mujeres, de 25 años y más”.

Y apostillaba: “En todo el mundo, el cáncer cervicouterino causa la muerte a 274 mil mujeres cada año”.
Daniel Dehesa, del PRD: “La mortalidad por cáncer de próstata en México tiene una tasa de 19.2 casos por cada 100 mil hombres mayores de 25 años. Y, por cada 100 que enferman del pulmón, y llegan a morir, cuatro son mujeres y ocho, hombres.

Último de la fila, el panista Jorge Quintero Bello. “Es letal, de suma gravedad; debilita física y moralmente al ser humano; deteriora la calidad de vida de quien lo padece, causándole prostración, estado anímico depauperado y le destroza la autoestima y a la familia”.

Concluía diciendo que es un verdugo silencioso, que no respeta clase social alguna, y en todo el mundo habrá de fallecer entre el 2005 y 2015 unas 84 millones de personas, según citaba a la OMC.
Al final, ninguno de los legisladores sin embargo planteó caminos que conduzcan a la integración de aquel frente común del que hablaron, para combatir al cáncer.