CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA (18/FEB/2016).- El Papa Francisco se despidió de México. Durante su última jornada de actividades en Ciudad Juárez, el Pontífice expresó que problemas como la migración, la violencia, el narcotráfico y fallas en los procesos de reinserción social se derivan de males como la desigualdad social y la delincuencia. A su despedida del país, el Papa exclamó: “Me dan ganas de llorar por un pueblo tan sufrido”, luego agradeció la hospitalidad y encomendó a la Virgen la fe mexicana. Francisco acudió por la mañana al Centro de Reinserción Social número 3 de Ciudad Juárez donde, frente a más de 800 reos, afirmó que no basta enviar a las personas a las prisiones para combatir el problema de la inseguridad: “Tenemos varias décadas perdidas, pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando”. El Pontífice destacó que la reinserción social no sólo es un proceso dentro de las prisiones, sino que debe nacer desde afuera, desde el hogar. Posteriormente sostuvo un encuentro con empresarios y dirigentes obreros, donde afirmó que la falta de oportunidades genera situaciones de pobreza y marginación, lo que es “un caldo de cultivo para que (las personas) caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia”. Finalmente, en la misa multitudinaria que ofreció en la zona limítrofe de Ciudad Juárez, el Papa destacó el problema de la migración y recordó brevemente a las víctimas de violencia. “No podemos negar la crisis humanitaria que en los últimos años ha significado la migración de miles de personas (…) Esta tragedia humana que representa la migración forzada hoy en día es un fenómeno global. Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado”, finalizó el jerarca católico.