El IFE debe recuperar la confianza ciudadana

CIUDAD DE MÉXICO.- Luego de los comicios de 2006, buena parte de la confianza en la autoridad electoral se ha erosionado, por lo que ahora debe afanarse en su reconstrucción a través de sus actos y resoluciones, reconoció el ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg.  

El también consejero de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal alertó que por una derivación no deseada de la Reforma Electoral de 2007, “lo único que estamos viendo son mensajes de 20 ó 30 segundos que por su propia naturaleza no pueden afrontar un problema, ni hacer un planteamiento de carácter complejo”.  
Al participar en la conferencia “La transición democrática en México”, sentenció que si uno de cada tres mexicanos piensa que hubo fraude, según algunas encuestas, habrá que remontarlo con un esfuerzo extra, para dar garantías de transparencia y de imparcialidad.  

“La confianza es el tema central, toda la construcción normativa institucional en esa materia tiene un único objetivo: que las elecciones sean confiables, y si dejan de serlo hay que volver a reformar ese aparato”.

Dijo que son correctas las reformas que prohíben la compra de espacios en radio y televisión a los partidos políticos y que su acceso sea sólo a través de los tiempos oficiales, con lo que los particulares tampoco pueden comprar ese tiempo, “lo cual es una condición de equidad”.  

El ex consejero presidente del IFE agregó que tales reformas también han derivado en menor gasto en las campañas políticas, menor financiamiento para los partidos políticos, sin trastocar la equidad.  

En el marco del Programa de Capacitación y Formación Profesional 2009 del Servicio Profesional en Derechos Humanos de la CDHDF, estimó probable que la Reforma Electoral de 2007 sea revisada después de las elecciones que se aproximan.  

“Quizá lo que haya que reformar es el formato, a través del cual los partidos y sus candidatos aparecen, es decir, puede haber un espacio para la ‘spotización’, pero ojalá se abran espacios para el debate, la presentación de diagnósticos, propuestas y demás”.

Sobre la modificación que prohíbe a partidos y sus candidatos denigrar a las instituciones ni a las organizaciones partidistas, ni calumniar a los contrincantes, consideró que esto no atenta contra la libertad de expresión y depende de cómo las autoridades electorales entiendan ese mandato.