Viernes, 29 de Noviembre 2024
México | Regulación financiera es una de las metas

Economía, la prioridad de Peña

La Secretaría de Hacienda y Crédito Púbico será una pieza clave para el nuevo Gobierno Federal

Por: EL INFORMADOR

Luis Videgaray, secretario de Hacienda. Economista por el ITAM, con doctorado por la Universidad de MIT en Finanzas Públicas.  /

Luis Videgaray, secretario de Hacienda. Economista por el ITAM, con doctorado por la Universidad de MIT en Finanzas Públicas. /

CIUDAD DE MÉXICO (05/DIC/2012).- En el diseño de su gabinete y en la identificación de prioridades, Enrique Peña Nieto es mucho más parecido a Carlos Salinas de Gortari que a Vicente Fox Quezada. El énfasis en el desarrollo económico está presente en sus “13 decisiones” pronunciadas en el discurso de toma de posesión en Palacio Nacional; en el rediseño de las secretarías y la reforma a la administración pública, así como en los perfiles designados para los distintos espacios del Gobierno Federal.

La pieza clave, en materia económica, de este nuevo organigrama del Gobierno Federal es la Secretaría de Hacienda (SHCP). Según la reforma a la Administración Pública Federal, propuesta por Enrique Peña Nieto el 15 de noviembre pasado, las atribuciones conferidas a la Secretaría de Hacienda, la convierten en una instancia de coordinación, supervisión y fiscalización de los esfuerzos económicos de la administración central.

El funcionamiento de la cartera de Hacienda, encabezada por Luis Videgaray Caso, uno de los hombres más cercanos al presidente entrante Enrique Peña Nieto, será crucial para temas que son claves para el Gobierno de extracción priista: ley de contabilidad gubernamental, regulación de las finanzas de los estados, austeridad, mantener el déficit presupuestal cercano a 0% y contribuir a la profundización de la ortodoxia económica que le ha dado estabilidad a las finanzas nacionales.

La integración de la cartera de Hacienda responde a perfiles con experiencia en el Banco de México y en organismos internacionales.

Las atribuciones de la SHCP y los perfiles que se encargarán de los ingresos y los egresos, auguran que la estabilidad económica y la ortodoxia en las finanzas públicas que han caracterizado a la política económica de México en la última década, serán una prioridad para la administración entrante de Enrique Peña Nieto.

El reto en materia económica también tiene un cariz político. Las propuestas de Peña Nieto en materia fiscal vulneran intereses de grupos corporativos y poco fiscalizados. “Amarrarle las manos a los gobernadores y a los alcaldes” en lo relativo a endeudamiento, es simplemente atacar contra uno de los sectores más poderosos del PRI.

Luis Videgaray enfrenta un reto nada sencillo. Por un lado, su compromiso con los cánones de estabilidad y prudencia económicas, son innegables. Videgaray es un economista que comparte estos principios y los defenderá como encargado de Hacienda.  por el otro lado, las propuestas de Peña Nieto implican un viraje moderado hacia la izquierda con intenciones que requieren “abrir la cartera”: ampliación de programas sociales (70 y más, jefas de familia); combate a la pobreza, e inversión pública en carreteras y comunicaciones.

LOS ELEGIDOS

Luis Videgaray, secretario de Hacienda
. Economista por el ITAM, con doctorado por la Universidad de MIT en Finanzas Públicas.

Economista por el ITAM, con doctorado por la Universidad de MIT en Finanzas Públicas.

Fernando Aportela, subsecretario de Hacienda


Economista egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y con un doctorado en el MIT.

Miguel Messmacher Linartas, subsecretario de Ingresos


Economista por el ITAM, con doctorado en Harvard;  también fue economista en el Fondo Monetario Internacional.

Fernando Galindo,  subsecretario de Egresos

Economista egresado del ITAM y fue asesor del subsecretario de Ingresos del Estado de México.

Javier Laynez  Potisek, procurador Fiscal

Abogado por la Universidad Regiomontana y con doctor en Derecho Público por la Universidad de Paris XI.

NUEVOS ASIGNADOS
Nombra a titulares de IMSS e ISSSTE


CIUDAD DE MÉXICO.- El presidente Enrique Peña Nieto retiró a la lideresa del magisterio nacional, Elba Esther Gordillo Morales, una de las posiciones más importantes que le concedió el anterior gobierno de la República en la administración pública federal.

Peña Nieto nombró como director del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) a Sebastián Lerdo de Tejada, priísta del DF, que se ha especializado en la defensa legal de su partido ante los órganos electorales.

En el periodo de transición fue responsable de estructurar el Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018.

Sebastián Lerdo de Tejada es un perfil político que se ha desarrollado en el Congreso con conocimientos de derecho que lo hacen estar en comisiones y posiciones importantes al interior de su partido. Entrevistado a su salida de Los Pinos, Lerdo de Tejada agradeció al presidente Peña la designación.

El nuevo director del ISSSTE (cargo que habían ocupado personajes vinculados a Elba Esther Gordillo) dijo que se debe trabajar con responsabilidad, seriedad e institucionalidad. “La instrucción fue ponernos a trabajar de inmediato y aportar para la construcción de un gobierno eficaz, no hay tiempo que perder”, dijo.

Además, en una ceremonia realizada en Los Pinos, Peña Nieto designó como director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a José Antonio González Anaya, quien es un especialista en temas financieros.

Según integrantes del equipo de Peña Nieto, González Anaya tendrá como primera responsabilidad hacer una evaluación de la situación del instituto y con esos datos poder concretar una reforma de pensiones.

También designó a David Korenfeld Federman —cercano colaborador del hoy mandatario durante su gobierno en el Estado de México y su vínculo con la comunidad judía— como director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Desde hace algunos meses, Korenfeld desarrolló algunas propuestas en el tema del agua, que incluyen un nuevo plan de abastecimiento al Distrito Federal a partir de la extracción del líquido en estados como Hidalgo o Puebla, además de la modernización de la Conagua.

ANÁLISIS
Los Itam-boys, la continuidad

Por Enrique Toussaint


La estabilidad económica en México ha sido premiada en el exterior. Tras más de una década de inflación controlada, finanzas responsables y ningún problema de déficit, México es visto a nivel internacional como un socio confiable y predecible. Las reservas internacionales superan los niveles recomendables por las instituciones financieras internacionales y las líneas de crédito para proyectos estratégicos se abren sin ni siquiera pedirlas. Incluso, la revista inglesa The Economist calificó la situación económica del país como un mensaje de ascenso y nuevo rol de liderazgo en el contexto latinoamericano.

La designación de Luis Videgaray como secretario de Hacienda, y la propuesta de los perfiles para ocupar las subsecretarías, refrendan este compromiso nacional por la estabilidad macroeconómica y la ortodoxia con los cánones que dictan los organismos financieros internacionales. Dos señales son claras: Enrique Peña Nieto en su discurso de toma de protesta prometió déficit cero en el proyecto presupuestal 2013 y la integración de la cartera de Hacienda reúne a perfiles tecnocráticos con experiencia en el Banco de México, en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial.

Sin embargo, esta realidad de pujanza a nivel mundial coexiste con lacerantes resultados en materia social y de reducción de la pobreza. Se van los gobiernos panistas dejando atrás un espiral preocupante de aumento de la vulnerabilidad económica y con un país aún más desigual que aquel que tomó Vicente Fox en el año 2000. Más de una década de ortodoxia económica obsesionada con la inflación y los indicadores económicos, no han tenido impacto en la calidad de vida de los mexicanos: caída del poder adquisitivo, se mantiene intacta la estructura de crédito y la red de seguridad social presenta retrocesos inadmisibles.

Peña Nieto ha retomado en su discurso de inicio de gestión, algunas propuestas que han sido bandera de la izquierda: pensiones a adultos mayores, apoyo a madres solteras y seguridad social universal. El gran reto del nuevo Presidente de la República es tratar de compaginar estas dos lógicas económicas que corren por separado, la inversión agresiva en reducción a la pobreza y la estabilidad de las finanzas públicas. Si lo logra, la referencia con “Lula” será inevitable.

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