¿Dónde están?

Dentro de tres semanas, a partir del 22 de marzo, comenzará en México la visita que realizará el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias (OACNUDH). Sus miembros harán presencia en estados donde la violencia muestra hasta dónde llega la crueldad humana: Chihuahua, Coahuila, Guerrero y Ciudad de México.

El objetivo de este Grupo de Trabajo, que depende de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, es ayudar a los familiares de las personas desaparecidas a averiguar la suerte y paradero de éstas. No sólo en esas entidades, sino en prácticamente todo el país tendría bastante actividad luego de los graves casos de desapariciones.

En México podríamos clasificar en dos tipos las principales, sin ser las únicas, desapariciones forzadas: las de la Guerra Sucia que emprendió el Estado en los años sesenta y setenta y principios de los ochenta, que rebasa las mil, y las que siguen ocurriendo en el marco del creciente poder de los grupos delictivos, en especial los dedicados al narcotráfico, desde finales de los años noventa y principios del actual siglo hasta la fecha.

Las tragedias que representan las desapariciones forzadas arreciaron en lo que va del sexenio de Felipe Calderón en su guerra contra el narcotráfico.

A los más de 35 mil asesinatos, miles de heridos y una larga lista de víctimas en la orfandad, viudez o desamparo, habría que agregar a los que fueron borrados de la faz del país, sin dejar huella, en acciones ilegales perpetradas por la delincuencia organizada y, lo peor, por miembros de corporaciones policiacas o del Ejército.

Si bien el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Raúl Plascencia, señala en su informe 2010 que las quejas recibidas por desapariciones forzadas o involuntarias de personas ascienden a 77, la cifra y gravedad son mayores.

Por ejemplo, esta semana la Asociación Ciudadana contra la Impunidad, con asiento en Baja California, señala que tiene registrados en esa parte de la franja casi 200 desaparecidos, de los cuales únicamente dos han sido encontrados.

El Grupo de Trabajo culminará su visita en México a finales de marzo o principios de abril. En su periplo recogerá historias de dolor, impunidad e impotencia: en Chihuahua, por ser víctima de la peor pesadilla a manos de grupos que han desafiado y vencido los programas y operativos oficiales para apaciguarlos; en Guerrero, por las añejas y nuevas desapariciones; en Coahuila, por las desapariciones de migrantes, y en la Ciudad de México, porque ahí radican las instituciones y sus titulares, responsables de que la impunidad continúe.