Viernes, 22 de Noviembre 2024
México | PERGEÑO POR VÍCTOR E. WARIO

Diego y la ''política ficción''

Y lo único que parece alcanzable es lo que ayer decidieron apoyar en conjunto, la Línea 3 del Tren Ligero

Por: EL INFORMADOR

Víctor E. Wario.  /

Víctor E. Wario. /

En noviembre de 2009, Diego Monraz Villaseñor, todavía como director del Sistema del Tren Eléctrico Urbano (Siteur), me decía en entrevista: “Si somos conscientes de la gravedad del momento en que estamos, asuntos de permisos y trámites, en las actuales administraciones o en las que vienen no deben impedir que nos pongamos de acuerdo; o cambiamos de actitud, o la ciudadanía nos cambia a nosotros”.

Provocador, ironizaba: “Hay políticos a los que nadie les ha dicho que ya ganaron una elección y que deben cambiar de actitud”, y a quienes seguían cuestionando la construcción de la Línea 1 del Macrobús, los colocaba en la zona de confrontación con su conocido lenguaje duro, acelerado: “El Macrobús no tiene ningún problema jurídico, esto es un asunto de un trasfondo turbiamente político, pero la gente está cansada de este tipo de espectáculos bochornosos”.

En el horizonte, Monraz veía sólo un escenario posible y lo decía a voz en cuello: “Dentro de tres años (2012), la zona metropolitana tendrá cuatro líneas de Macrobús, un tren eléctrico de Tlaquepaque a Tlajomulco y un tramo adicional de tren ligero en algún punto de la gran ciudad”. Y recurría a la figura que tanto ha servido a algunos panistas cuando quieren sacar algo adelante con obstinación: Tal vez ocurrirá, como dijo el Maquío Clouthier: “Con, sin, o a pesar de los políticos”.

Cuentas alegres, sueños guajiros, o hasta ingenuidad de político, pero a Diego Monraz se le fue 2010 y, lejos de al menos sembrar cimientos para ese ambicioso sistema multimodal de transporte público, los gobiernos estatal y municipales se dedicaron a hacerse la vida imposible, a competir, a boicotear las ideas del otro. Hace cuatro meses volví a platicar con él sobre los proyectos de movilidad y su enojo era inocultable. Ya como secretario de Vialidad, tronaba contra los que alguna vez Herbert Taylor bautizó como los “opositodos”, porque ni habían dejado que se jalaran recursos federales para la Línea 2 del Macrobús, ni consiguieron poner un solo ladrillo, una baldosa, un metro de riel, para otra alternativa de transporte público.

¿Entonces en lo que resta del sexenio de Emilio qué van a alcanzar a hacer?, le pregunté al secretario que ahora multiplica su activismo con la mira puesta en la alcaldía de Zapopan. Aparte de avanzar en la Línea 3 del Tren Ligero —me dijo—, todos los proyectos que se anuncien no serán sino “política ficción”. Y me retó: dime el que quieras. Así de uno por uno fui recordando las propuestas que habían soltado los alcaldes metropolitanos (los priistas que habían boicoteado la segunda fase del Macrobús), y me atajaba en cada caso con el estribillo: “política ficción”.

No han dejado los alcaldes de hablar maravillas de sus propuestas y hasta han tenido la temeridad de decir que su proyecto está casi por arrancar, como el Tren Ligero subterráneo de Aristóteles en Guadalajara, o el tranvía de Vielma en Zapopan. Y lo único que parece alcanzable es lo que ayer decidieron apoyar en conjunto (incluyendo a Alfaro, el perredista de Tlajomulco), la Línea 3 del Tren Ligero. De ahí en fuera, pura “política ficción”.

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