Diego está vivo; lo tienen ‘‘profesionales’’

Antes de “retirarse” públicamente de las investigaciones del caso, a petición de la familia, la PGR logró autentificar que la fotografía de Diego Fernández de Cevallos que circuló en las redes sociales la semana pasada es real, que el ex candidato presidencial está vivo y que el secuestro es obra de “profesionales” de la delincuencia organizada.

En esta última aseveración, que se hace al más alto nivel de la PGR, cabe lo mismo el narcotráfico que secuestradores profesionales y se descarta el elemento subversivo detrás del rapto de este personaje. El comunicado que acompañó a la demoledora imagen de un Diego Fernández sometido, humillado, confirmó para las autoridades que no se trata de delincuentes comunes y que detrás del rapto está una organización totalmente profesional.

En órganos de inteligencia militar, la versión que circula es que el secuestro de Diego tiene que ver con los litigios millonarios de su despacho de abogados, en el que son sus socios el actual secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont; el ex procurador Antonio Lozano Gracia, y el actual secretario del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Juan Miguel Alcántara.

Eso explica en parte la cautela y el sigilo con que se ha conducido el Gobierno. Y es que además del “valor supremo de la vida”, que esgrimen en el Gobierno y en algunas televisoras para dejar de informar sobre el caso, lo que hay detrás del secuestro es algo que puede impactar a muchos políticos, de todos los partidos —desde ex presidentes hasta secretarios, ministros o actuales congresistas— con los que Diego ha tenido tratos, negociaciones y acuerdos de todo tipo.
El misterio también tiene que ver con el tamaño de las causas del secuestro.

NOTAS INDISCRETAS… La pésima estrategia de Enrique Peña Nieto en el caso Paulette sigue aumentándole el costo político. Primero la conclusión del caso que no convenció a nadie, tres días después la renuncia del procurador Alberto Bazbaz que ya no es suficiente para detener la exigencia de que se aclaren dudas e irregularidades de la investigación. Al tema de opinión pública ya se subieron sus adversarios políticos y el propio Peña escaló este caso a una exigencia mayor: reabrir la investigación con un nuevo procurador y procesar a su amigo Bazbaz por violar la ley en sus indagatorias. Ayer, en la terraza de un lujoso hotel de Polanco, desayunaron el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y la gobernadora de Yucatán, Ivone Ortega. El diálogo, en un lugar totalmente expuesto —en el sentido político y también en el de seguridad— fue todo sobre las impugnaciones del PAN a los comicios locales yucatecos. En varias ocasiones la gobernadora invocó los nombre de Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, “es que ellos me dijeron…”, repetía Ivone… Paran los dados. Cayó serpiente.