De lo deportivo a lo urbano

En medio del caos vial de la ciudad producto de lluvias, detenciones de narcos, visita del Presidente, inauguración del estadio y otras que se me escapan, terminó esta semana.

Afortunadamente, las escuelas están de vacaciones, de lo contrario seguramente hubiéramos vivido la parálisis total.

Aunque cada acontecimiento merece comentario, es el tema del estadio de las Chivas el que citaré ahora.

Si bien es un asunto deportivo, realmente para Guadalajara se trata de un tema urbano que, por un lado, habla bien de una gestión empresarial y comercial, así como de un proyecto arquitectónico muy bien logrado; pero habla mal de la planeación urbana y de la gestión política y territorial de la ciudad.

El caos vial provocado por su inauguración es sólo la punta del iceberg que tuvo por semanas enfrentados a los gobiernos municipal y estatal y a los dueños, con noticias que ante la opinión pública generaban incertidumbre.

Al margen de que hayan llegado a un acuerdo temporal, el escenario que heredó la administración municipal actual es a todas luces desafortunado e inaceptable.

Las administraciones anteriores fueron incapaces de hacer de esta importante iniciativa —construir un estadio— un buen pretexto para un desarrollo urbano adecuado con acuerdos justos y apegados a la ley.

La zona demandaba un plan maestro integral (compromiso que apenas ahora asume el municipio de Zapopan para darle curso y orden a lo inevitable), a la vez que considerar que para el arranque de operaciones de un estadio de “primer mundo” deberíamos tener accesos viales del mismo nivel. Nada de esto ocurrió.

La puesta en marcha del nuevo estadio nos obliga también a pensar en temas que aparecen sueltos y que están totalmente relacionados; por citar algunos menciono la demanda que generarán las Villas Panamericanas —vecinas del estadio—, que el próximo año deberán inaugurarse.

El Plan del Bajío dado a conocer hace algunos días por el Ayuntamiento de Zapopan tendrá que integrar asuntos urbanos y medio ambientales simultáneamente con proyectos en marcha, intereses privados, así como ganar la confianza de los grupos que se han opuesto a las obras en la zona.

Otro tema vinculado es el nuevo estadio de atletismo que se edifica en el borde del Bosque de la Primavera y al que Zapopan aún no ha dado la licencia.

Además de los delicados asuntos de afectación al bosque, los problemas generados por tener estadio sin infraestructura adecuada y al margen de un plan urbano, apuntan a ser graves.

Lo que pasó estos días es sólo una muestra de lo que podría pasar con este otro proyecto, pero en esta ocasión la responsabilidad caería en la nueva administración, ya que no se trata de un proyecto heredado.

Finalmente menciono otro asunto que no es menor: el cambio de casa de las Chivas significa un golpe más a la lucha por la supervivencia del Estadio Jalisco.

Este significativo inmueble ha recibido una estocada de la que sólo podrá salir adelante con ingenio y compromiso.

Se requieren estrategias efectivas que otorguen nuevas posibilidades de uso, fortalecer sus perímetros, dignificarlos y recuperar su condición de referente de la ciudad, no podremos evitar una intervención mayor si se quiere salvar.