Lunes, 25 de Noviembre 2024
México | POR MARÍA PALOMAR

De lecturas varias

La Pasión de Cristo ha sido a lo largo de siglos poderoso tema de creación para los artistas

Por: EL INFORMADOR

María Palomar.  /

María Palomar. /

La exposición que se inauguró el Viernes de Dolores en la Casa Iteso Clavijero, Tercera semana: el arte de la compasión, se articula alrededor del tema de la Pasión de Cristo, eje de la tercera semana de los Ejercicios espirituales en la que Ignacio de Loyola propone la contemplación del misterio del dolor, del escándalo del sufrimiento humano. Las piezas que se exponen, todas de colecciones particulares y en su mayoría del periodo barroco, ilustran los distintos momentos de la Pasión, mientras que el relato museográfico busca reintegrarlas en el contexto evangélico que les da sentido más allá de la perfección de la forma y de su poder conmovedor. Sin la esperanza de la Resurrección no es posible entender ni justificar tal énfasis en el horror y el desamparo.

Como explicó en la inauguración el rector del Iteso, “el arte de nuestros siglos renacentistas y barrocos tenía como misión permitir a los habitantes de la tierra evocar, a través de sus sentidos, la existencia de una dimensión trascendente que los rebasaba. Por eso exploró con ahínco los misterios que recordamos en estas fechas: la dimensión trágica de la realidad, el sufrimiento inexplicable, el mal con sus múltiples rostros, los estertores de la agonía, la certeza de la muerte...  Esas creaciones se encontraban encuadradas dentro de un programa espiritual y estético muy amplio donde adquirían una coherencia vital.  Esas obras de  arte se ensañaban en la representación de un horror y un sufrimiento en que llegaban a anegarse las penas individuales de cada uno de los fieles: el mar infinito del sufrimiento de Cristo atraía sobre sí todos los dolores humanos antes transmutarlos por su sacrificio en gozo y plenitud duradera. Esas obras eran el anuncio de la muerte derrotada, del dolor vencido, de la sangre rescatada”.

La Pasión de Cristo ha sido a lo largo de siglos poderoso tema de creación para los artistas. Son incontables en la música y en la literatura las composiciones inspiradas en esos pasajes evangélicos. Pero hay sobre todo dos grandísimos escritores jaliscienses que podrían muy bien acompañar la visita a esta exposición y cuya poesía merece ser recordada por estas fechas.
Así te ves mejor, crucificado.

Bien quisieras herir, pero no puedes.
Quien acertó a ponerte en ese estado
no hizo cosa mejor. Que así te quedes.
Alfredo R. Placencia, “Ciego Dios”

¡Pastores, por cobardía
me mataron mi Cordero:
fue más fuerte que mi amor
el ladrido de los perros...!
Lo condenaron a muerte
su silencio y mi silencio:
uno, silencio de amor;
otro, silencio de miedo.
Fray Asinello (P. Benjamín Sánchez Espinosa), Romancero de la Vía Dolorosa

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