De la Fuente: entre elogios y rechazos

Hace unos días, el miércoles de la semana pasada, Juan Ramón de la Fuente dio un giro político interesante: de haber sido totalmente cercano a Andrés Manuel López Obrador —considerado incluso por el tabasqueño su virtual secretario de Gobernación, si llegaba a la Presidencia— apareció en un acto público con el Presidente Felipe Calderón, quien le entregó una medalla por su trayectoria como médico y le dedicó elogios y reconocimientos: “La Universidad recobró en sus manos el prestigio y la excelencia que le corresponden y que nunca debe de perderse”, dijo el Presidente del ex rector de la UNAM.

¿Se alejó De la Fuente de López Obrador y se acerca ahora a Calderón? ¿Qué lleva al ex rector a un cambio de posición tan radical en el espectro político? Hay varios hechos recientes que podrían explicar este cambio. La búsqueda de Juan Ramón de un proyecto político no es algo nuevo; lo intentó en 2006 cuando se sumó de lleno, aún desde la rectoría de la Universidad, al proyecto lopezobradorista.

Esos datos lo colocaron en la palestra política, sobre todo a partir de encuestas que arrojaban que, aun con varios años fuera de un cargo público, sus niveles de conocimiento y de aprobación de los mexicanos eran altos. Pero parece que esa popularidad no le alcanzó al ex rector para lograr recientemente un objetivo que se propuso: ser miembro de El Colegio Nacional, el órgano académico más importante de México y al que sólo ingresan los intelectuales y hombres y mujeres de ciencia más destacados y con los méritos suficientes.

De la Fuente sufrió el más duro revés de su carrera política y académica hace unas semanas cuando, a pesar de haber sido rector de la UNAM, la mayoría de los 40 miembros de El Colegio Nacional no lo consideraron apto para pertenecer a esa institución y le concedieron el ingreso al científico Arnulfo Romo, autoridad mundial en fisiología celular.

En su fallida promoción para integrarse al Colegio, De la Fuente cometió otro error: utilizar recursos y personal de la UNAM, cosa que no fue para nada bien vista en la rectoría, donde le retiraron el apoyo. No faltaron académicos y directivos de la máxima casa de estudios que comentaran que el ex rector equivocó el método y creyó que sus alianzas con partidos y su permanente activismo político lo llevarían al cuerpo colegiado al que pertenecieron sus padres y al que él no pudo entrar en este intento.

Tal vez ese distanciamiento de la UNAM, esté detrás del elogioso reconocimiento de Calderón que, específicamente, habló del papel de De la Fuente en la Universidad. El Presidente gusta de quitarle aliados a sus enemigos políticos, sobre todo si se trata de López Obrador; y parece que Juan Ramón se prestó a ese juego... Los dados mandan serpiente. Mal tiro.