De frente y de perfil

Los dos últimos presidentes de México, por cierto panistas ambos, han tenido un barniz electoral, por lo que el siguiente Ejecutivo federal podría tener el mismo currículum.

Vicente Fox Quesada ganó dos elecciones y perdió una más, antes de ser electo como Presidente de la República. Fue diputado federal de mayoría y gobernador de Guanajuato en la segunda ocasión en que se postuló para el cargo.

Felipe Calderón Hinojosa fue asambleísta del Distrito Federal y diputado federal dos veces, una ocasión de mayoría y dos de representación plurinominal, además de perder la elección para gobernador de Michoacán, antes de vencer en las urnas por el cargo de Presidente de la República.

De los actuales personajes que se manejan con posibilidades de competir por la candidatura presidencial de Acción Nacional, no todos cuentan con el respaldo de haber pasado por las urnas.

Josefina Vázquez Mota es actualmente diputada federal, por segunda ocasión y anteriormente fungió como secretaria de Desarrollo Social en la administración de Vicente Fox y secretaria de Educación Pública en la de Felipe Calderón. Las dos diputaciones federales de Josefina han sido por la vía de la representación proporcional.

Santiago Creel Miranda es el único de los actuales aspirantes panistas en haber transitado por las dos cámaras, la de Diputados y la de Senadores, las dos con carácter de plurinominal, además de haber perdido el Gobierno del Distrito Federal. En la administración pública, fue secretario de Gobernación y antes, consejero electoral del IFE.

Heriberto Félix Guerra, es otro que tiene barniz electoral, ya que siendo derrotado en las urnas como candidato al Senado de la República, fungió como tal, al quedar sembrado como primera minoría. Fue bautizado en las urnas en 2004, cuando perdió por pequeño margen el Gobierno de Sinaloa. Dejó su función de senador para asumir la de subsecretario de Economía y hoy es titular de la Sedesol.

Javier Lozano Alarcón tuvo su paso por las urnas, aunque fue en su carácter de priista, siendo derrotado en la búsqueda de una diputación federal de mayoría por ese partido y cayó vencido por el candidato de su actual partido. Como priista tuvo un paso firme por la administración pública, fungiendo de vocero de su partido, subsecretario de Gobernación y enrolado en las telecomunicaciones. Hoy es secretario del Trabajo.

Ernesto Cordero Arroyo no tiene siquiera el respaldo de haber perdido una elección, como sus otros compañeros, pero cuenta con la confianza del Ejecutivo federal, quien lo llevó de la mano por su administración. De la Subsecretaría de Hacienda a la Secretaría de Desarrollo Social a la Secretaría de Hacienda, por lo que de resultar candidato sería su primer experiencia como tal.

Alonso Lujambio tampoco ha pasado por las pruebas de las urnas, aunque como Creel tuvo su función electoral, como consejero del IFE. El actual secretario de Educación Pública, también pasó por el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública.

Los otros personajes que se consideran con espolones para disputar la candidatura presidencial de su partido tienen, por lógica, cuando menos un paso por las urnas, en razón de que son gobernadores en sus respectivos estados.

Marco Antonio Adame fue diputado y senador, ambos de mayoría y gobernador de su Entidad (Morelos) desde 2006.

Juan Manuel Oliva fue senador por Guanajuato, Estado que actualmente gobierna, también desde 2006.
Emilio González Márquez fue alcalde de Guadalajara y gobernador bajo las siglas de Acción Nacional.
Como se advierte entre los aspirantes panistas a la candidatura presidencial, hay, cuando menos dos, provenientes de otros partidos, donde concursaron por cargos de elección popular.

La batalla por Chalco

La zona de Chalco es tan populosa como Netzahualcóyotl y sus habitantes son un preciado bocado electoral que no desean perder los contendientes políticos a ningún precio.

La zona se inundó por tercera ocasión en una década, donde las aguas del Canal de La Compañía infestaron viviendas y echaron a perder mobiliario, autos y más, aunque, en esta ocasión sin pérdidas humanas.

Es cierto que sin autorización fincaron sus viviendas cerca del Río de la Compañía y que han sido avisados del grave riesgo que significa vivir en esa zona, pero jamás hicieron caso a las advertencias.

Durante la pasada inundación, el propio Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, aseguró que con la obras a realizar se impediría una nueva tragedia, hoy esta se produjo.

El director de Conagua, José Luis Luege fue otro de los que tranquilizó a los habitantes del rumbo de que todo estaba bajo control y con las obras realizadas no habrían más malos momentos.

Hoy, ese mismo director, Luege Tamargo, reconoció que se presentaron fallas humanas y operativas que provocaron la inundación por la ruptura de uno de los muros de contención del río de La Compañía.

El encargado del sistema de aguas en el Estado de México, David Korenfeld Feldman, aseguró que se pudo mejorar el funcionamiento del túnel profundo, a cargo de la Conagua.

Fue vulnerable en una lumbrera que bloqueó la entrada del agua, dijo el funcionario, al atribuir parte de la responsabilidad del desastre a la Conagua.

Y aunque la ayuda que recibirán será mínima, los habitantes de Chalco afectados por la inundación, recibieron la promesa de apoyo monetario, para la recuperación de sus bienes.

NOTA: por el receso de la Semana Santa, esta columna dejará de publicarse unos días, reanudando su frecuencia el martes 26 de abril.