Sábado, 30 de Noviembre 2024
México | Por Ramón Zurita Sahagún

De frente y de perfil

El PRI, en riesgo

Por: EL INFORMADOR

Cuando parecía que todo era un Edén para el priismo nacional y que los procesos electorales solamente eran de trámite para que ese partido recuperara espacios y conservara otros, la descomposición asoma y se cierne amenazadora sobre su óptimo futuro.

Los dos primeros procesos electorales celebrados este año no repercutieron favorablemente para este partido, aunque se sabía que el resultado se auguraba desfavorable en el terreno estatal.

Así sucedió con los gobiernos de Guerrero y Baja California Sur, ambos perdidos por el partido tricolor, aunque la votación alcanzada en ambos estados resulta ser histórica para un partido priista venido a menos en esas entidades.

Es cierto que perdió el Gobierno de Guerrero ante un ex priista, pero también lo es que los votos alcanzados por su candidato, Manuel Añorve Baños, resultaron estar por encima de los que tradicionalmente recibía este partido.

También lo es que en Baja California Sur, el PRI pasó de ser el tercer o hasta cuarto partido en el Estado, repuntó hasta el segundo lugar, con una copiosa votación y que además de ello rescató el principal Ayuntamiento del Estado, La Paz, por la vía de la ex dirigente nacional de las mujeres priistas.

Los cálculos del priismo apuntaban hacia la posibilidad de ganar alguno de los dos estados, aunque la realidad presentaba como escasa la posibilidad, principalmente luego de que Ángel Heladio Aguirre Rivero renunció al PRI y se convirtió en candidato de la izquierda.

El presupuesto electoral priista contemplaba esas derrotas, con victorias en los comicios del domingo 3 de julio que habrán de celebrarse en Nayarit, Coahuila y Estado de México.

Michoacán, diferido para celebrar sus comicios a finales de año, se establece como un Estado sumamente difícil de conquistar, con una posibilidad como la alcanzada en Baja Sur, de pasar del tercer sitio al segundo en las preferencias de los ciudadanos.

Con estos resultados, la presidencia de Beatriz Paredes Rangel sufre nuevas abolladuras y muestra lo endeble que fue, y que la tlaxcalteca pasará a la historia partidista como una dirigente frágil y con un costal de derrotas a cuestas.

Es cierto que habría que reconocerle el rescate de Yucatán, Querétaro y San Luis Potosí, en lo que pudiera considerarse como un canje de territorios.

Los resultados electorales recientes pusieron a Paredes Rangel en su justa dimensión y la sacaron de la lista de aspirantes presidenciales, y pueden hacer lo mismo con sus aspiraciones para contender por el Gobierno de la Ciudad de México.

Y es que hace cinco años, la ex gobernadora de Tlaxcala causó sorpresa cuando logró que su candidatura a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal le generara a su partido una votación superior al millón de votos, algo inalcanzable para el PRI en elecciones recientes en esta Entidad.

Con el paso del tiempo, se mostró en su real dimensión cuando fue incapaz de argumentar ante los ataques que provenían de los partidos adversarios y fue rebasada por otros personajes de jerarquía dentro de su propio partido.

Otro aspecto que deterioró la imagen de Beatriz fue su desmedida ambición que la llevó a no optar desde un principio por uno de los dos cargos para el que se le consideraba.

Paredes dejó correr la versión de que podría encabezar la coordinación de los diputados en la LXI Legislatura y continuar en la presidencia del partido, lo que fue mal visto por los gobernadores y los dirigentes de sectores.

La priista abrió varios frentes, con candidatura que no le representaron ganancias al tricolor, aunque en el caso de los comicios de Baja Sur se le puede adjudicar la ganancia del triunfo en La Paz, con una de sus principales cartas, la ex dirigente de las mujeres, Esthela Ponce.

Después de muchos años, el priismo pudo recuperar el Ayuntamiento de La Paz, cuyo último alcalde de extracción priista fue el después gobernador Leonel Cota Montaño.

Algo similar parece ocurrir en la actualidad y Aguirre Rivero ya dio cuenta de ello, por lo que abrió una brecha considerable que puede afectar al PRI en el futuro mediato.

En unos cuantos meses, el optimismo priista pasó a  convertirse en una gran preocupación, sobre todo cuando se avecinan las elecciones más esperadas de todas: las del Estado de México, donde los partidos esperan echar toda la carne al asador.

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