Martes, 26 de Noviembre 2024
México | AYER DECÍAMOS... POR CARLOS ENRIGUE

“De celebraciones religiosas y comidas”

El Jueves Santo, Diego Petersen nos regaló en este diario un artículo sin desperdicio acerca de una visita alternativa a siete monumentos alimenticios de esta noble y leal

Por: EL INFORMADOR

El Jueves Santo, Diego Petersen nos regaló en este diario un artículo sin desperdicio acerca de una visita alternativa a siete monumentos alimenticios de esta noble y leal; coincido con él casi plenamente, tan sólo no he probado un té de hierbas que ni sabía que existía, pero por lo demás todos y cada uno de los platos mencionados son de calidad superior, aunque no los únicos que sirven en los sitios que mencionó.

Siempre he sostenido que al Señor le debe de ser grato que en periodos penitenciales como lo es la Cuaresma, el grueso de la población se la pase mortificando esta carne inmunda y pecadora con ricas viandas y caldos que incluso fueron aprovechados por santos varones, como fue el caso de Noé, después de haber aguantado el aguadal del diluvio, lidiando con el animalero que traía en el arca.

Yo creo que después del diluvio universal prometió no volver a subirse ni a una chalupa en Xochimilco, puso un ranchito, chico, no muy grande, que por cierto tenía una tierra que debió haber tenido humedad suficiente para la agricultura, plantó una viña, fabricó el vino, porque por muchas uvas que uno se coma no se logra el efecto, así que con el destilado se embriagó —por fortuna entonces no había autos que causaran accidentes— y simplemente quedó besando el suelo patrio y ligero de ropa, por lo que muchos además de briago lo calificaron de nudista.

Eso me hizo recordar que cuando me casé con mi actual esposa, que por lo demás es la única que he tenido, el cura me dijo cosas como “ te doy esclava y no sirve” y se equivocó, porque me salió muy buena. Pero también me dijo, recordando las bodas de Caná de Galilea, que nunca debía faltar el vino en mi casa, lo que a pesar de la calidad del agua en nuestra ciudad se ha logrado en forma razonable.

Sé que después de estos comentarios me criticarán los Healthianos y demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de los gordos (usted no le haga caso a la foto que aparece en esta colaboración, culpemos al burlesco fotógrafo), el hecho es que la comida y la bebida causan gran alegría a los ojos del Señor, quien fue acusado de comer y beber con publicanos (burócratas) y a la mejor tenía razón mi abuelo, que decía que en esta vida hay que comer fuerte, beber fuerte y esperar la muerte.

Eso me hizo recordar un versito que tiene que ver con festejos religiosos y comida que decía: Que nació Jesús, buñuelos; que murió, las empanadas; que subió glorioso al cielo, suculentas tamaladas.

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