México | POR ANA MARÏA SALAZAR Cultura de la prevención Un buen protocolo debe especificar qué hacer, cómo hacerlo, con qué hacerlo y las fases en que ha de aplicarse, definiendo acciones concretas Por: EL INFORMADOR 5 de febrero de 2011 - 03:09 hs Ana María Salazar. / En los últimos días nos hemos enterado que los niños en las escuelas están siendo capacitados en cómo reaccionar ante situaciones de violencia, se habla de desarrollar protocolos de seguridad. En mi experiencia profesional desarrollando este tipo de programas y documentos para diferentes organizaciones públicas y privadas, he visto la gran utilidad que estos instrumentos pueden aportar. Un protocolo es una secuencia estandarizada de acciones a llevar a cabo, su objetivo es reducir el impacto de las crisis, al evitar tener que tomar decisiones en el mismo momento de que éstas se presentan; la idea es que todos los involucrados sepan aplicar procedimientos que sean eficaces. Un buen protocolo debe especificar qué hacer, cómo hacerlo, con qué hacerlo y las fases en que ha de aplicarse, definiendo acciones concretas y especificando cada cosa que se debe de llevar a cabo. Esto los convierte en instrumentos operativos, ya que deben ser formulados de manera que sean muy fáciles de aplicar, sin ofrecer lugar a dudas, por personas que dominen los temas. No obstante la utilidad probada de los protocolos de seguridad, a algunas personas les preocupa que esto esté pasando porque piensan que es algo negativo, que le estamos quitando tranquilidad a la vida de nuestros hijos. Tal vez conviniera recordarles a estas personas las palabras de San Francisco de Sales, quien alguna vez dijo: “Lo que se hace con precipitación nunca se hace bien; obrar siempre con tranquilidad y calma”. La realidad es que debemos tener estos conocimientos para que todos sepamos qué hacer cuando una eventualidad se presenta, y estos conocimientos deben de abarcar cualquier riesgo a los que se esté sujeto, es decir no sólo balaceras, sino cómo otorgar primeros auxilios, cómo reducir el “bullying” o acoso estudiantil, cómo reaccionar ante la presencia de drogas o la existencia de armas, se pueden aportar elementos básicos de protección civil, entre otros muchos aspectos, ya que si sabemos cómo reaccionar podremos salvar vidas o reducir daños. La prevención es una cultura que nos falta por desarrollar en nuestro país, ya que estamos demasiado acostumbrados a improvisar, a reaccionar ante los problemas en vez de tener respuestas previamente planeadas. Hoy en día, los más diversos factores internos o externos hacen que las situaciones inesperadas se conviertan en algo cotidiano, las contingencias ocurren casi a diario; únicamente su intensidad e impacto es lo que variará. Las crisis no se pueden considerar como algo inesperado, debemos estar preparados para hacerles frente. Todos debemos de ir generando una cultura de la prevención, pero es muy recomendable iniciarla en las escuelas. No podemos hablar de una formación integral en la sociedad si la escuela no interviene decididamente en la formación en valores. Los valores se fundamentan en creencias y actitudes que se aprenden más fácilmente en la juventud, por ello es necesario que los valores relacionados con la salud y la seguridad se trabajen en el aula, y se aprendan desde la realización de buenas prácticas, para proporcionar herramientas que les permitan tener una vida más saludable y segura que la nuestra. Temas Tertulia Ana María Salazar Lee También ¿Qué eran los "Niños Santos"? Según María Sabina Alejandro Gou marca tendencia en la cartelera Sociales: Escaparate, inspirado en las joyas y bellas artes La segunda temporada de la serie “Ojitos de Huevo” se estrena hoy en Netflix Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones