Jueves, 28 de Noviembre 2024
México | LUCIÉRNAGA CIUDADANA POR GUADALUPE MORFÍN

Cuidar las manos, cuidarnos

Él supo mirar a los vulnerabilizados, en especial a las mujeres

Por: EL INFORMADOR

Guadalupe Morfín.  /

Guadalupe Morfín. /

A mi mamá,  en su cumpleaños hoy.
A doña Isabel Miranda de Wallace, por su apego a la justicia.


Conmemoramos la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Cumplir con su ética es cuidarnos unos a otros, asumir nuestra fortaleza ciudadana, plantar muro y espejo a quien desde el poder abusa o miente; incorporar al banquete común a los excluidos, atender a las víctimas; tolerar a las y los diferentes, sancionar a quien delinque conforme a un proceso justo, dar la bienvenida al arrepentido que repara todo el daño posible, asegurar que en ningún hogar falte lo que nutre —sopa, agua, trabajo, escuela, vacación y sentido de futuro, es decir, esperanza—. Todo eso va muy en consonancia con lo que predicó Aquél cuyo nacimiento se festeja en Navidad.

Él supo mirar a los vulnerabilizados, en especial a las mujeres. Hay, en el medio rural, y Él era carpintero y campesino, muchas que no la pasan bien al cuidar a los suyos. Viridiana Saavedra (La Jornada/Jalisco, 24/X/2010) da voz a quienes, desprotegidas, generan empleo. En Copala, Tolimán, siete mujeres venden garrafones de agua purificada pese a los prejuicios de quienes prefieren comprar más caro a la competencia. Reparten en una camioneta destartalada y la escasa ganancia se les va en composturas. En Alista, San Gabriel, una profesional en nutrición y educación espera el visto bueno de largos trámites para poner una guardería y cuidar a los menores de cuatro años, hijos de las 54 mujeres del poblado que trabajan fuera de casa.

Las manos que cuidan a otros deben ser cuidadas. En estas historias hay materia prima para quienes puedan ofrecer vehículos baratos, y agilizar permisos. Es una forma de tejer comunidad y de agradecer lo recibido. Menos familias emigrarán a Estados Unidos en riesgo de desintegrarse, más niños recibirán la ética del cuidado cuando sus madres no puedan hacerlo en las horas laborales. Menos experiencias duras sucederán, como la triste historia del niño sicario “Ponchis”, cuando atendamos la vida en todos sus escenarios.

Y en otro campo del cuidado, ¿qué pasa cuando las manos que deberían vigilar otras manos para garantizar a los ciudadanos una actuación pública impecable, son manos cuestionables? “La corrupción de lo mejor, es lo peor”, dice el refrán en latín: “Corruptio optimi pessima”. Legislaturas con impunes y escandalosos usos del dinero del pueblo; redes de negocios inmobiliarios, de muy dudosa patente, disfrazados de contralorías; auditores que se pandearon; organismos públicos de derechos humanos a los que les renuncian sus más ejemplares consejeros, ¿no nos hablan de un grueso caparazón de cinismo en el medio político? ¿Será llegada la hora de levantarnos de los restaurantes o sitios públicos donde estos personajes se presenten, o exigir que se vayan, en protesta por su desprecio hacia los más elementales derechos ciudadanos? Conmemoremos este día cuidando las manos que requieren ser sostenidas, y cuidándonos.

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