Domingo, 24 de Noviembre 2024
México | DE PODER A PODER POR CUAUHTÉMOC CISNEROS MADRID

Cuestión de vida o muerte

Las dietas iniciadas y no terminadas están a la orden del día, precisamente por la pérdida de la cultura y disciplina para comer

Por: EL INFORMADOR

Cuauhtémoc Cisneros Madrid.  /

Cuauhtémoc Cisneros Madrid. /

Desde hace varios años se sabe que México es el país en donde viven más personas obesas de todo el planeta, lo que sin duda alguna significa una situación no deseada, pero lo peor de ello es que del conglomerado nacional, los jaliscienses ocupan el número uno del país, situación que mantiene en alerta al sector salud, pues además de las cuestiones estéticas, las enfermedades que se desprenden de este entorno por lo general aceleran el proceso de vida hasta desembocar en la muerte de las personas.

Se trata de un problema de salud pública que de no atenderse de inmediato seguirá costando cientos de vidas y millones de pesos, además del sufrimiento de los pacientes y de sus familiares, ya que la diabetes es una de las salidas más comunes y de la cual se desencadena toda una serie de enfermedades a cual más de dañinas, entre las cuales se encuentra la ceguera y los infartos que terminan con la vida de niños, jóvenes y adultos. No respeta edad, clase social, credo o filosofía alguna.

La situación se encuentra fuera del alcance del Gobierno, por lo que es necesario que todos nos demos cuenta de que no es sólo éste el único que debe “poner manos a la obra”, pues se trata de una cuestión trascultural que ha venido a posesionarse de nuestras antiguas tradiciones y formas de ser y comer, pues antes de la actual generación, comer en casa y disfrutar de las viandas elaboradas por las madres de familia era todo un ritual, además de sana costumbre, que además servía para fortalecer los lazos filiales.

Sin embargo, hoy en día la comida rápida y la llamada “chatarra”, acompañadas de bebidas gaseosas y azucaradas, son literalmente el pan de cada día, y si a ello le agregamos el alejamiento de las actividades recreativas y deportivas al aire libre, tenemos como resultado las altas tasas de obesidad que se registran y que tienen a la población y autoridades al borde del colapso.

Las dietas iniciadas y no terminadas están a la orden del día, precisamente por la pérdida de la cultura y disciplina para comer.

Y si a ello le agregamos que no todas las dietas son buenas o adecuadas —deben ser supervisadas por un especialista y evaluadas permanentemente—, nos lleva a caer en la trampa de pensar que estamos bien, aunque la realidad sea muy otra; lo peor del caso es que los síntomas de alerta se presentan hasta que la enfermedad se encuentra muy avanzada y ya resulta muy difícil para pacientes y galenos hacer algo para restablecer la calidad de vida que se pretende, empero... ¡sí se puede, haga la prueba!

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