Cuando el crimen nos alcanza

El día de mañana coinciden dos hechos que revisten importancia para la vida ciudadana en Jalisco. Por un lado, en el desacreditado Congreso comienzan las visitas de los secretarios del Gobierno estatal para, se presume, explicar a los diputados cómo se gobernó en sus respectivas áreas durante el tercero de los seis años de la administración de Emilio González Márquez. Se presume, vale insistir, que tanto secretarios como diputados sacarán conclusiones de este intercambio de ideas para mejorar el desempeño del Gobierno.

Pero en otra parte se presentará un compendio de análisis titulado “2 décadas en el desarrollo de Jalisco 1990-2010”. Se trata de un grueso volumen que fue elaborado a solicitud del mismo Gobierno del Estado; ahí se abordan aspectos varios como educación, salud, medio ambiente, cultura, deporte, migración, turismo, democracia, acceso a la información o regionalización.

El libro presenta, también, un breve ensayo sobre la seguridad o la falta de ésta. Se titula “La seguridad como política pública” y se encargó a los especialistas Marcos Pablo Moloeznik y Dante Jaime Haro Reyes.
Los resultados son asoladores.

Hago un paréntesis, antes de seguir con el texto, para recordar que mientras se lanzaba en radio y televisión una campaña promocional del Tercer Informe de Gobierno, el secretario general Fernando Antonio Guzmán Pérez Peláez encabezó un esfuerzo para aparecer en cuanto foro fue posible, y sostener que a la mitad de la gestión del señor González Márquez, se avanzó —palabras textuales— en tres ejes: generación de empleo, inversión en infraestructura y seguridad.

Sobre el último punto, es absurdo que el mismo Guzmán Pérez Peláez proclame que Jalisco es más seguro que Chihuahua o Sinaloa, porque allá el crimen organizado y el narcotráfico se cobra más vidas que aquí.

No es necesario buscar las pruebas de esta contradicción lejos de aquí, pues el mismo estudio que se entregó a la Secretaría estatal de Planeación (responsable del compendio de ensayos) lo refleja.

He aquí algunas de las conclusiones: los delitos de orden federal van al alza anualmente y superan la media nacional; seis de las siete organizaciones del narcotráfico con mayor presencia en el país, operan en Jalisco; la llamada “cifra negra”, esto es, los delitos que no se denuncian por desconfianza a las autoridades o por otra razón, representan 84% más que los delitos denunciados (en el nivel nacional, la cifra negra es de 79%) y encima, de acuerdo con el Segundo Informe de Gobierno del mismo González Márquez, más de la mitad de los jaliscienses (52%) siente inseguridad.

Otro dato: en Jalisco hay 257 policías por cada 100 mil habitantes, mientras que el promedio nacional es de 366 policías por 100 mil personas.

Cada uno de estos datos figura en las páginas 241 a 258 del libro que será presentado. Los autores rematan que “a lo largo de las dos últimas décadas, los sucesivos gobiernos (...) lejos han estado de garantizar la función de seguridad pública en el marco del Estado de derecho”.

Y es sólo uno de los ejes que se presumen.