Lunes, 21 de Octubre 2024
México | Entonces Marcelo Ebrard Casaubón dijo al mandatario morelense el equivalente a un latigazo de vuelta completa...

Confrontación por la Consulta

A través de esa brecha temporal, las miradas de todos se fueron en pos de Marcelo Ebrard...

Por: EL INFORMADOR

Vicente Bello

¿Qué es lo que impide un análisis más amplio?, preguntó Marco Antonio Adame a Marcelo Ebrard, que hacía unos minutos había insistido en que los últimos ocho años de Petróleos Mexicanos (Pemex), los tiempos del Partido Acción Nacional (PAN) en el poder, han sido los peores de toda su historia. ¿Vergüenza del propio pasado? ¿amnesia?, el gobernador de Morelos fueteó otra vez al jefe de Gobierno de la Ciudad de México. ¿O será que los pasos por las trincheras políticas duran sólo unos años y la vergüenza toda la vida?

El tiempo entonces en ese patio abarrotado por una multitud se detuvo. Y, a través de esa brecha temporal, las miradas de todos se fueron en pos de Marcelo Ebrard, quien a Adame también latigueó: “Bueno, hablando de vergüenzas, yo diría, señor gobernador de Morelos, (que) no es su tono habitual, a lo mejor le mandaron por ahí una tarjeta… pero hablando de vergüenzas, es no tener vergüenza el estar proponiendo modificar el Artículo 27 constitucional en una ley secundaria, y venirse a extrañar aquí de que eso provoque un gran debate nacional”.

De por sí la atmósfera ya se había calentado desde el primer minuto. Y entonces Marcelo Ebrard Casaubón dijo al mandatario morelense el equivalente a un latigazo de vuelta completa, de esos que abren surco en el lomo de cualquiera: “No tienen vergüenza ustedes”.

Pufff. La gran masa humana que allí copaba todo se conturbó.

Jueves 29. Mayo de 2008. La Comisión de Energía del Senado, que preside Francisco Labastida Ochoa, había cambiado de súbito el conjunto de ponentes. Ya no serían los programados. Ahora, confluían en ese patio de Xicoténcatl cinco gobernadores (Michoacán, Veracruz, Tamaulipas, Morelos y Guanajuato) y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Pufff. La gran masa humana se conturbó, dividíéndose: quienes llegaron acompañando a Marcelo se desgranaron en aplausos tronantes, que apabullaban los reclamos airados de la gente que había llegado de Morelos, con Adame.

“Hay que aplaudirle a todos”, arengaba Francisco Labastida. Y todos entonces aplaudían.

Hacía unos instantes, Marcelo Ebrard había soltado, cual arquero, un gran dardo en el mero centro del debate. Y no les gustó.

Anunció que el Gobierno de la Ciudad de México convocará a la población a una consulta pública, el 27 de julio próximo, en la que se preguntará a la gente si está de acuerdo o no con la privatización de la industria petrolera.

Había mencionado Ebrard la soga en casa del ahorcado. Y, como tocados por un rayo, se pararon de pestañas los dos gobernadores panistas, Adame y el guanajuatense Juan Manuel Oliva.

“Lo podemos hacer la mayor parte de los gobiernos de los estados”, Ebrard volvió a picar en el morrillo. “Es obvio también que Calderón no lo va hacer, a pesar de que está facultado por el 26 constitucional para convocar a la población a consulta pública. No lo hará, pues no quería siquiera que nos diéramos cuenta”. Y a los cinco apostillaba: Invitaremos al Instituto Electoral del Distrito Federal a que realice la consulta, e invitaremos a los señores gobernadores a que hagan lo propio”.

Leonel Godoy, gobernador de Michoacán, sin dilación se puso al lado de Marcelo. También en Michoacán habrá consulta pública.

Pero Marco Antonio Adame y Juan Manuel Oliva respingaron en sentido contrario. Es el Congreso el lugar de la consulta pública, a través de sus representantes, argumentaba, airado, el guanajuatense.

Adame no se quedó atrás: “Se ha llamado aquí a una consulta pública. Y yo sostuve aquí que está en marcha. Que éste es el espacio constitucional, donde se exponen las ideas, donde con nuestra colaboración, se transmite información que puede ser útil para los legisladores. Sostengo que este ejercicio tiene valor (se refería al foro) y que después del 22 de julio los diputados y senadores darán al país las leyes que mejor convengan en este tema. Y lamento que haya expresiones que busquen desviar la atención hacia una supuesta consulta nacional”.

Por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) estaban allí Eugenio Hernández Flores, de Tamaulipas, y el veracruzano Fidel Herrera Beltrán. Ambos, propusieron que los gobiernos estatales se alíen a Pemex para explotar pozos marginales. El argumento mayor de Fidel: hay como 12 mil pozos abandonados, de los que se extraerían 70 mil barriles diarios, que arrojarían ingresos anuales por unos dos mil 500 millones de dólares. “Lo peor que ocurriera es que todo siguiera igual”, remachaba el zorruno priista.

La participación de los priistas se sostuvo en la línea ambigua por donde caminan los legisladores de ese partido en este tema, desde enero. Dicen que no admitirán la privatización, pero también opinan que es hora de incursionar en aguas profundas.

Los dos panistas, de plano, se hicieron eco de la insistencia de su partido en reformar las leyes secundarias. Y, se escuchaba decir en el pasillerío, se movían lo bastante cerca de las posiciones de los priistas. Coincidían. Y los dos perredistas, también, en lo mismo que sus correligionarios legisladores han planteado: ni un paso a la privatización disfrazada y, antes de cualquier dictamen en comisiones, una consulta nacional.

Clausuraba el foro el diputado Emilio Gamboa.

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