¿Cómo es el PIB en su casa?

¿Usted siente en su bolsillo la recuperación económica? Piense bien antes de contestar. Lo vamos a ayudar: ¿El impacto del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en su hogar es chico, mediano o grande… alto, grande o venti?

El PIB creció más de 5% en 2010 y tendrá un incremento parecido en 2011. Esto no había ocurrido desde los tiempos de Ernesto Zedillo. Es una buena noticia, entre otras cosas porque significa que habremos recuperado casi todo lo que el viento se llevó en 2009.

¿Qué tan buena es la noticia? Depende de a quién le pregunte. No es un asunto de partidos políticos, aunque puede serlo. PRI, PRD y PT minimizan la recuperación, mientras que el PAN y los funcionarios del Gobierno federal tienden a sobrevenderla. México es un país de grandes contrastes. Dos años con 5% de crecimiento macroeconómico no significa que todos o la mayoría de los mexicanos tengan un poco más de 10% más de plata en sus bolsillos, respecto a 2009. Tenemos uno de los índices de concentración del ingreso más elevados del mundo. El pastel llamado PIB está creciendo, pero las rebanadas no crecen igual para todos.

Al comenzar 2010, Carlos Slim era 26.3% más rico que 12 meses antes. Emilio Azcárraga y Jorge Larrea también registraban un crecimiento mayor a 20% de su patrimonio. En ellos se refleja el tipo de sociedad que somos y la alta rentabilidad de sectores como telecomunicaciones, infraestructura y minería. Afuera del planeta Forbes, también hay contrastes. El tamaño de la rebanada depende del sector económico en el que participe cada quien: la región donde vive y el momento que viva en su ciclo de vida profesional.

México es un país de tres velocidades. Querétaro y San Luis Potosí registran tasas de crecimiento parecidas a las que tienen los grandes de Asia. Algunos de los estados más desarrollados, como Jalisco, Edomex y DF crecen por debajo del promedio nacional. Morelos es un caso de alarma, en el doble sentido de la palabra. Su economía está decreciendo, en buena medida porque la violencia está golpeando los servicios turísticos de la Entidad.

El crecimiento de 5% del PIB es excelente, si consideramos nuestra historia reciente. Podemos discutir cuánto más creceríamos con reformas estructurales o sin violencia, pero no menospreciar las cifras duras. En toda la década pasada, nunca tuvimos un bienio que sumara 10% o más de crecimiento.

El problema es tomar el PIB sin los matices necesarios frente a un dato agregado. Existen las mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas, nos recuerda George Bernard Shaw.

Hay ciudades que no están viviendo la recuperación económica, sino la muerte de sectores completos, por la violencia. Hay cientos de miles de hogares a los que no tocó boleto premiado en esta lotería de la bonanza. Se han recuperado buena parte de los empleos perdidos en 2009, pero predominan los nuevos trabajos sin prestaciones. Los sueldos crecen apenas por encima de la inflación.

No se trata de regatear méritos a quienes hacen posible el crecimiento económico: empresarios, autoridades, trabajadores. Simplemente es recordar que lo obvio no siempre es evidente: es difícil lograr el crecimiento económico, pero más complicado distribuir los frutos de la cosecha. El crecimiento económico también está mal repartido.