Colombianización psicológica (II)

Lo dijo muy claro: se intensificará la violencia en el país por la reacción de los grupos criminales, fue el mensaje del Presidente Felipe Calderón durante la sesión de conclusiones de los Diálogos por la Seguridad.

¿Más? ¿Se va a incrementar más? Como si lo vivido fuera poco o ¿las declaraciones tienen una justificación adelantada del orden que nadie encuentra en México?

¿Qué nos queda por hacer? La semana pasada le platicaba sobre lo que hizo Colombia durante y luego de la crisis más severa que dejaron los enfrentamientos con el narcotráfico, los grupos paramilitares y la misma guerrilla. Mientras el gobierno se enfrentaba al escenario de violencia, con las subsecuentes violaciones a los derechos humanos de la población por la presencia de los grupos delictivos, no había nada que ayudara a tratar y sanar la sensación de miedo que provocaba prácticamente todo. Eran rehenes, prisioneros en sus ciudades y fue entonces que las universidades con el aparato de profesionales en psicología, salieron a las calles colombianas y empezaron a trabajar. Su objetivo era hacerlo en el proyecto de vida de cada ciudadano porque en el fondo, sabían, tarde que temprano la complicada situación acabaría. Tenían que mandar ese mensaje a la conciencia social de que sería así.

El cenit de los colombianos se dio en el 2008, cuando se realizó una consulta mundial sobre la presencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); seis millones votaron  en contra, cuatro millones eran del país y dos del resto del hemisferio.

Se nombran el ejército del pueblo, y desde entonces como lo dice el doctor Diego Castrillón Moreno del Colegio Colombiano de Psicólogos, “creo que con esto quedaron notificados de que no nos representan, el hecho de que cuatro millones de personas rechazaran a las FARC en Colombia, fue una manera de decirles: les perdimos el miedo, tienen tan poca capacidad que ya no pueden hacerlo como lo hacían antes”.

Y es que tomaban a la población como querían, y para muestra lo que sucedió en Antioquia. Según informes de los mismos psicólogos que se encontraban trabajando ahí, la guerrilla llegó a cinco poblaciones 17 veces en menos de tres meses.

Al narcotráfico, me relató el doctor Castrillón, “a esos los derrotamos de una manera más clara porque los capos antes tenían una supervivencia de 10 o 12 años, ahora máximo de uno, porque se les captura y extradita a Estados Unidos, ya saben que si los capturan, así sea capo, mando medio o bajo, todos se van para allá y son condenados”.

La desinstitucionalización de los poderes fue otro referente, nadie creía en los políticos colombianos por una palabra muy conocida para muchos: la corrupción. La falta de claridad sobre la viabilidad del futuro del país y la dificultad de coordinar los esfuerzos hacia un objetivo común, continúa el doctor, “permiten que aparezcan de forma natural los líderes”.

¿No cree que es notoria la ausencia de un líder en México? La próxima semana, continuamos con el tema.