Cojín, papitas y chelas

Cito de memoria. Cuando le pregunté hace una semana a Abraham González Uyeda, el coordinador de los diputados locales del Partido Acción Nacional (PAN), cómo sería la relación de su grupo parlamentario con el gobernador Emilio González Márquez, en el entendido de que pertenecen a grupos diferentes y, en cierto sentido, adversarios al interior de ese partido, dijo: “Si alguien quiere ver pleito entre ambas partes, que se consiga un cojín, que lo ponga en su sillón favorito para sentarse, que se compre una buena provisión de papitas y de cerveza y que espere un buen rato, porque pleito no va a haber”.

En los hechos, o más bien en sus dichos, parecía haber una clave que indicaba lo contrario, es decir, que las hostilidades entre los dos grupos (que no son los únicos, pero sí los predominantes en el PAN de Jalisco) habían comenzado antes de que la actual legislatura local cumpliera su primer mes de funciones.

Dos días antes de la declaración pacifista del diputado González Uyeda, al término de la comparecencia del secretario de Finanzas, José Luis de Alba, aquél había pedido que “por dignidad profesional” el funcionario estatal debía dejar el cargo, porque había demostrado ser incapaz para manejar las finanzas estatales en tiempos de crisis, a diferencia del buen desempeño que había tenido cuando el petróleo abasteció las arcas públicas de abundantes recursos para dar y prestar.

El secretario De Alba hizo mutis, pero el que sí replicó fue el propio gobernador cuando le preguntaron si pediría la renuncia al titular de Finanzas: “El diputado Abraham no estuvo en la comparecencia y por tal motivo no sabe lo que ocurrió. Los mismos diputados de otros partidos felicitaron al secretario de Finanzas al concluir su comparecencia, yo me quedo con ese dato, y lo otro no lo entiendo”.

Lo que siguió fue un poco más de ruido mediático, pero hay indicios de que públicamente los principales actores políticos de la escena panista podrían fingir que llevan la fiesta en paz, pero no cesará el golpeteo por una razón fundamental: todos tienen en la mira las elecciones estatales (y la presidencial) que se celebrarán en 2012.

En la lista de los “candidateables” están el propio González Uyeda y dos cartas fuertes que podría estar operando el grupo del gobernador, los secretarios de Gobierno y Promoción Económica, Fernando Guzmán y Alonso Ulloa, respectivamente. Sería ingenuo pensar que todo será miel sobre hojuelas a lo largo de dos años en los que, bien se sabe, cada uno de los que juegan por otro cargo le apuestan al desgaste de sus competidores. Hay que tener cojín, papitas y cerveza, pero a lo mejor duran menos de lo previsto.