Ciudadanos contra la violencia

Contra la violencia que pretende someter al país, cada ciudadano puede hacer algo para aminorarla. Mínimo, diría mi abuela, orar. Pedir porque llegue la calma, como hacen quienes rezan rosarios. Otros, más proactivos, buscan realizar acciones colectivas concretas. Unos, como ocurrió con familiares de los 31 desaparecidos de Michoacán, o la joven universitaria recién asesinada en Monterrey, se han manifestado para exigir a las autoridades que actúen como tales, como autoridades responsables de la seguridad y la justicia.

La violencia se extiende por el país. Casi 30 mil crímenes en lo que va del sexenio es suficiente razón para movilizarse. Contra el miedo y la impunidad surgen iniciativas ciudadanas. Algunas de ellas, en redes sociales como Facebook. Por ejemplo, una, creada recientemente, es “Por un México sin violencia ¡Basta!”, con más de cuatro mil registrados en pocas semanas.

“Somos un grupo de ciudadanos de todas las edades y todos los estratos, que estamos preocupados por la situación de violencia en nuestro país”, por lo tal, indican, decidieron unirse en torno a tres ideas compartidas. La primera es exigir a las autoridades replantear su estrategia con respecto a la seguridad nacional.

“No estamos de acuerdo con que la mejor opción sea tener al Ejército en las calles, porque sólo agudiza nuestros problemas. Rechazamos la idea de ‘los daños colaterales’ para justificar muertes innecesarias y violación de derechos humanos. Queremos un Estado de derecho”.

Otro planteamiento que los une: “Necesitamos construir un Nosotros nacional capaz de dolerse y de movilizarse en todas y cada una de las acciones que vulneren nuestra tranquilidad, la justicia, nuestro derecho a la paz y el crecimiento democrático. Queremos más y mejor educación, más inversión en la cultura y el empleo. Sólo con eso mejorará la seguridad”.

La tercera idea es que “cada uno de nosotros puede hacer la diferencia. Rechazando todo acto de violencia y después actuando y organizando foros, dialogando con nuestros jóvenes y niños, denunciando la corrupción y la impunidad. Exigiendo a nuestras autoridades transparencia y justicia”. Una de sus acciones fue repartir volantes y pulseras contra la violencia.

Otra agrupación surgida vía internet es “Nuestra aparente rendición”. En su primer documento indica que “somos muchos y somos necesarios. No pueden convencernos de lo contrario. Y no podemos seguir diciendo que no hay nada que hacer, nada que inventar o nada que cambiar. Que todo va a seguir siempre igual. Porque si es así, nosotros tampoco vamos a ser distintos. Y eso no podemos aceptarlo”.

Permitir la impotencia es paralizarse. Contra la violencia se requieren respuestas colectivas, solidarias, creativas, desde los ciudadanos.