Martes, 26 de Noviembre 2024
México | APARADOR POR SERGIO RENÉ DE DIOS CORONA

Cine mexicano y futbol

La primera película mexicana con escenas de un encuentro de futbol fue ‘‘Los Hijos de don Venancio’’

Por: EL INFORMADOR

Sergio René de Dios Corona.  /

Sergio René de Dios Corona. /

La primera película mexicana con escenas de un encuentro de futbol fue “Los Hijos de don Venancio”. En Guadalajara se exhibió a partir del domingo 19 de noviembre de 1944. Dos días antes, EL INFORMADOR publicó que el solo anuncio del estreno de esa cinta en el Teatro Alameda “ha causado un tremendo alboroto” en la ciudad, “muy especialmente entre los aficionados al deporte de moda”, el futbol, por presentar en la pantalla el debut “del sensacional y brillante centro delantero HORACIO CASARÍN” (así, con mayúsculas).

El diario informó que el joven aparecía en la cinta como protagonista principal y jugando futbol en “enloquecedoras escenas de un partido entre los potentes equipos” de la capital de la República, Asturias y Atlante, “de imperecederos recuerdos para la afición mexicana”. El papel principal y la dirección estaban a cargo de Joaquín Pardavé, actor “cuya fama sube como cohete”, indicó la nota, y que caracterizaba a don Venancio Fernández, un abarrotero español.

Un hijo de don Venancio en la cinta es Horacio Casarín, en el papel de Horacio, jugador de futbol que convence a su padre de asistir al partido de Atlante contra Asturias. Casarín, primer héroe cinematográfico del futbol, mete el único tanto que da el triunfo a los atlantistas.

La película había estado en la Ciudad de México del 10 de octubre al 15 de noviembre de 1944, en el Cine Palacio, indica la investigación “El cine mexicano y el futbol: una cronología de Los Hijos de don Venancio hasta Atlético San Pancho”, de Juan Carlos Colin Vaugham, especialista en Comunicación y Deporte, publicada en el número 69 de la revista digital Razón y Palabra, del Tec de Monterrey.

La cinta fue un éxito, pero también un “bodrio”, señala Emilio García Riera en su Historia Documental del Cine Mexicano. Las imágenes del juego, por ejemplo, fueron “muy torpemente recreadas” en el Parque Asturias, agrega.

Semanas antes, como avanzada de su película, Joaquín Pardavé estuvo en persona en el desaparecido Teatro Alameda (ubicado en la Calzada Independencia y Obregón), “contando sus famosos Makaquikus”. Dos años más tarde, en junio de 2006, en la Ciudad de México se exhibiría con menor éxito “Los Hijos de don Venancio”, segunda parte de la cinta.

Vendrían más películas mexicanas, con actores y jugadores que personifican al héroe futbolero, el mete goles, el valiente que arriesga todo por el honor, la novia, el equipo, la familia, el deporte. Lástima que esas imágenes no reflejen lo que ocurre ahora en la Copa del Mundo en Sudáfrica, con la abatida Selección mexicana.

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