¿Científicamente analfabetas?

El día de ayer, el grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en el Senado solicitó al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) informar sobre el resultado de los programas de apoyo al desarrollo de la ciencia y tecnología en nuestro país, no sin antes decir que México en este rubro es “una nación científicamente analfabeta”. Opinión compartida con el investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Antonio Peña Díaz.

Ambos señalaron que el sistema científico mexicano está en una situación alarmante por la falta de inversión, proyección e inoperatividad del CONACYT. Lo anterior a pesar de que el presupuesto del Consejo para este año es de 17 mil 279 millones de pesos. Bajo la perspectiva de ambos, el Consejo es una institución ineficaz en materia de investigación que ha reducido su función al otorgamiento de becas y al mantenimiento de centros públicos de investigación.

La inversión en 2011 en materia de investigación científica será de más de 47 mil millones de pesos (0.4% del Producto Interno Bruto), lo que consideran insuficiente y es verdad, es más, yo diría que es vergonzoso, pero no tanto como afirmar que el atraso en este campo convierte a México en una nación científicamente analfabeta. No sólo porque exhiben su estrechez mental, sino también su ignorancia.

Decir que una nación es científicamente analfabeta no deja de ser impreciso y ofensivo. Otra cosa es que en efecto exista ineficiencia en el organismo, o bien que ambos tengan información acerca del alto índice de docentes de educación básica reprobados en el área de ciencia; es más, demos por hecho que no existe una política pública en materia de ciencia en el país. Lo que resulta inadmisible es que lo hagan para despertar la inquietud de los medios y del Gobierno y terminar proponiendo la mediocre medida de aumentar el presupuesto.

¿Dónde está el proyecto de política pública en materia de ciencia tanto del Partido Verde como de la máxima casa de estudios? El de la UNAM no deja de ser una política universitaria, complemento de la que debe tener el Estado, en tanto que la del Partido Verde, como sea la de la familia González Torres y sus empresas farmacéuticas, lo tenemos claro. Decir que es urgente aumentar el presupuesto para posteriormente buscar canalizarlo a sus respectivos centros de interés no resuelve nada.

Si en México somos científicamente analfabetos como dice el torpe legislador ecologista, ¿qué podríamos decir de la familia dueña de su partido que vende productos que son apenas protocolos de investigación? ¿Qué se puede esperar de un legislador que compra este tipo de argumentos? Tal vez que en el corto plazo proponga al Dr. SIMI como titular del CONACYT.