Cardenal celebra los voluntarios anónimos

CIUDAD DE MÉXICO (27/JUN/2011).- Muchas de las grandes obras que mantienen en marcha al país y son motivo de orgullo para todos los mexicanos, las realizan personas que jamás aparecen en los medios ni son famosos, afirmó el cardenal Norberto Rivera. 

El también arzobispo primado de México indicó que esos hombres y mujeres son los más grandes y una bendición para la sociedad, ya que han sabido ejercer el ideal cristiano de recibir, acoger y hospedar a sus semejantes. 

En su homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el prelado explicó el sentido evangélico de estas palabras, al señalar que dar significa estar vivo y ser rico. 

“El que tiene mucho y no sabe dar no es rico, es una persona pequeña, impotente, empobrecida, por mucho que posea; en realidad sólo es rico quien es capaz de regalar algo de sí mismo a los demás”. 

Por ello, dijo, en un mundo como el nuestro lleno de grupos enfrentados, partidos, sindicatos, razas, países, y hasta iglesias y religiones encontradas, “es una bendición que haya personas capases de recibir acoger, y hospedar a los demás”.
 
Esta actitud, abundó, es la que ofrece una posibilidad de dialogo para remontar los problemas de la comunidad, ya que significa dar “algo de nuestro tiempo, de nuestros bienes y de nosotros mismos”. 

Rivera Carrera destacó el trabajo que hace ese gran ejército pacífico del voluntariado “que trabaja de manera gratuita y cayada en todos los rincones, solo porque les nace del corazón estar junto a los que sufren”. 

En ese sentido, hizo notar que muchos de los asilos, orfanatos, casas de asistencia que acogen a los abandonados y desamparados, funcionan gracias a los voluntarios que hacen de su tiempo libre una obra de arte. 

Son ellos, dijo, los que han conseguido que los migrantes no se sientan extranjeros en el país. 

En contraste, el jerarca religioso indicó que si bien la familia es el núcleo más importante de la sociedad, “hay también por desgracia familias replegadas sobre sí mismas y que sólo educan en el egoísmo”. 

Evidencia de ello, añadió, son los niños de la calle que se ven orillados a vivir en coladeras y cañerías porque sólo ahí encontraron un hogar donde les dieron la comprensión y el cariño que les negaron los de su propia sangre.
 
Pero advirtió, todos los actos llevan emparejada su consecuencia, porque el propio Jesucristo sentenció que “no quedará sin recompensa ni un vaso de agua fresca que demos a los más pequeños y necesitados”

Premian a ganadores de concurso de fotografía Juan Pablo II

Ayer domingo, Rivera Carrera  también encabezó la ceremonia de premiación a los ganadores del concurso de fotografía “Juan Pablo II. El Papa con corazón mexicano”, en la Catedral Metropolitana. 

El certamen organizado de forma conjunta entre el Arzobispado Primado de México y Fomento Cultural Grupo Salinas, tuvo como propósito recordar al entonces Sumo Pontífice durante sus visitas realizadas a este país.