Campaña nociva contra el desarrollo turístico

El año pasado, el Presidente Felipe Calderón firmó el decreto creando la nueva Ley General de Turismo, la cual pretende contar con un marco jurídico para incrementar el turismo en el país.

Contradictoriamente, ha nacido una campaña nociva en contra del desarrollo de Costalegre, que al iniciar su gestión el gobernador Cosío Vidaurri decidió impulsar el desarrollo de la Costa. Así se realizó el Plan de Desarrollo de la Costa, apoyado por la Secretaría de Turismo y nació Costalegre, creándose el Corredor Turístico Ecológico de la Costa, primero con ese criterio en todo el país.

Después se logró, con apoyo de la Secretaría de Turismo, una Declaratoria del Ejecutivo en la cual intervinieron diferentes secretarías y se confirmó la “Declaratoria de zona de desarrollo turístico prioritario el Corredor Turístico Ecológico denominado Costalegre en el Estado de Jalisco, con una superficie de 577 mil 200 hectáreas”.

Esta valiosa declaratoria no ha sido aprovechada por ninguno de los gobiernos del Estado, no han sabido demandar a la Federación ese apoyo indispensable que necesita Costalegre.
Hoy se ha desatado una campaña en contra del desarrollo turístico de Costalegre.

Ahora está por terminarse la pista del futuro Aeropuerto Internacional en el área de Chalacatepec y José María Morelos, que traerá grandes beneficios para la Costa.

Se ha anunciado un proyecto en mil 200 hectáreas en el área de Chalacatepec, que será un detonante muy valioso para Costalegre, donde ya estaba propuesto desde hace tiempo por el Plan de Desarrollo de la Costa.

Ahora se oponen con raros intereses, grupos de activistas protestando y expresando que las playas vírgenes que existen con espacios únicos en el mundo, corren el riesgo de sucumbir debido a un posible desarrollo urbano.

El proyecto de Chalacatepec respeta todo, tiene densidad permitida de 13 cuartos por hectárea, comparable a la Riviera Cancún, que es un verdadero éxito con respeto a la Naturaleza, igual sería en Costalegre; estoy de acuerdo con los ecologistas que si se desatara una construcción masiva de bosques de concreto y de 110 o 120 cuartos por hectáres, sería fatal y vendrían desarrolladores nefastos como los últimos que llegaron a Puerto Vallarta, que se pasaron por el arco del triunfo con la corrupción de las autoridades, como Tomé y Elías Sacal, entonces sí sería un desastre y un verdadero crimen.

Lo que debemos hacer es impulsar la inversión y desarrollo turístico en Costalegre con las limitaciones debidas, tomando ejemplo de Riviera Cancún.

Con esa campaña absurda, maléfica y desviada, no podremos lograr el desarrollo turístico de Jalisco y de sus grandes recursos para consolidar la competitividad que tanta falta nos hace.
Costalegre es una gran oportunidad para el empresario del siglo XXI, con respeto a la Naturaleza y el amor a la belleza.