Domingo, 24 de Noviembre 2024
México | Sobre la mesa, 333 juegos didácticos se mostraban desde temprano.

Cambian juguetes bélicos por didácticos

El trueque sería con plastilinas, calcomanías, pizarrones mágicos, memoramas, muñecos y yoyos con el logotipo de un equipo de fútbol

Por: SUN

México, DF.- Esta vez, Joel Ortega, secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, no decomisó las armas de una peligrosa banda delictiva; más bien fue todo un arsenal entregado voluntariamente por un ejército de niños en el Museo del Papalote.

“Ándale, entrega la pistola, hijo”, animaban los padres de familia a sus hijos. Y los pequeños entregaban los juguetes que alguna vez fueron comprados por los mismos padres que ahora los donaban, quizá arrepentidos o tal vez aprovechándose de la posibilidad de renovar los objetos de diversión de sus menores.

“Los juguetes bélicos llegan a la casa no por culpa de los niños, sino por responsabilidad de los padres”, fue el certero dardo que, hablando de armas, lanzó el jefe de la policía en dirección a la conciencia de los adultos.

Lo mismo espadas de plástico, como las que usaban los “Thundercats”, que las de Star Wars y pistolas de vaqueros o ametralladoras inservibles eran depositadas en una urna transparente y entonces, los niños se acercaban, empujados por sus padres, a Joel Ortega, quien los cargaba y les daba a elegir qué juguete didáctico se querían llevar.

Sobre la mesa, 333 juegos didácticos se mostraban desde temprano. “No, señora, hasta que las autoridades digan”, le explicaron a una mujer que ansiaba el intercambio, más impaciente que su hijo, pero aún faltaban los discursos del secretario, del ombudsman Emilio Álvarez y de José Luis Pérez, presidente de la Federación Nacional de Padres de Familia.

El trueque sería con plastilinas, calcomanías, pizarrones mágicos, memoramas, muñecos y yoyos con el logotipo de un equipo de fútbol, “hubieran sido mejor del Necaxa y no de las Chivas”, comentó entre risas Jorge Schiaffino, líder de la bancada priista en la Asamblea Legislativa, pues en la ceremonia hubo también diputados.

Poncho, de seis años, fue el primero en donar su pistola, con la que “jugaba a matar hombres lobo”; mientras, otros salían cabizbajos. “Dicen que nada más armas”, se escuchó de una señora, cuyo hijo pretendía deshacerse de una vieja camioneta de plástico sin llantas.

El Universal 21-04-08 IJALH

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