Cabañas, ¿querrán saber?

Da la impresión que el caso ya se les fue de las manos. El desaseo de la investigación ha llevado inevitablemente a la especulación, de por sí atractiva en asuntos como éste. La insistencia del sereno doctor Fernández y del solidario presidente del América, repitiendo una y otra vez la imposibilidad de que Cabañas se acuerde de lo sucedido, cierra de tajo la versión del personaje clave sobre lo que pasó durante tres minutos en el baño del club.

Dicen los investigadores que la gran clave para resolver un delito de esta naturaleza está en las primeras 48 horas. Aseguran que lo que no se haga en este lapso ya no se hizo. Lo que parece ser es que se han dedicado exactamente a hacer lo que no se debe hacer, en medio de sus incapacidades y sus intereses.

Dejaron salir al agresor y a su compinche como si no hubiera comunicación interna y no hubiera pasado nada. Le cerraron la puerta del baño a la esposa de Cabañas cuando trató de salir al escuchar un balazo y darse cuenta que algo estaba pasando, y ya que la dejaron salir le informaron que “su marido estaba en la calle”. Cuando regresó, todos estaban encima de Cabañas al que se dieron el lujo de sacarle una fotografía, la cual, se dice, costó siete mil pesos, hecho que negó el director de la agencia Cuarto Oscuro. Twitteros asistentes al lugar aseguran que cuando se presentaba un incidente, el personal del Bar Bar apagaba las luces y sin bajarle al volumen de la música sacaba en vilo a los rijosos o lesionados y los dejaban fuera del lugar para que se consignaran los hechos fuera del club. Con Cabañas no les dio tiempo de nada y no les quedó de otra que llamarle a una ambulancia.

Ese mismo día el Bar Bar fue abierto a las autoridades entre cuatro y cinco horas después de que cerraron en la madrugada del lunes. Extraña, por decirlo de alguna manera, que Televisa haya tardado casi dos horas y media en dar a conocer la noticia, cuando ésta estaba en todos lados, sobre todo en las pantallas de sus “vecinos” a los que se la pasan obsesivamente monitoreando.

Con la llegada del personal de la PGJDF continúo lo que ya parecía a esas alturas el caos provocado. Confundieron los nombres del tal JJ, detuvieron a tres diferentes JJ en menos de 12 horas, prometieron y prometieron, mientras el solidario presidente del América no tenía la más pálida idea de lo que había pasado. A los ocho días reconstruyeron los hechos. Ahora resulta que Cabañas habría forcejeado con el JJ y habría colocado la pistola en su frente, y le habría dicho al ahora enemigo público JJ: “Si tienes huev... jálale”. Nadie sabe de lo que hablaron ni qué se dijeron. El personaje de las innumerables identidades al final de esta historia pudiera ser acusado más por tener pasaportes y credenciales del IFE falsos, suponemos que alguna autoridad las expidió, que por lo que presumiblemente le hizo a Cabañas. Da la impresión que todos hacen como si quisieran saber, pero más bien pudiera ser que si el asunto pasa a segundo plano sería lo mejor para Televisa, el América, la PGJDF, y hasta para la Presidencia.

¡Ouuuuchchchch! Ya se dijo pero va de nuevo. El Presidente fue rápido para hablar con la familia de Salvador Cabañas, y con el presidente de Paraguay a quienes les aseguró que “se va a resolver el caso”. En Ciudad Juárez, padres y madres de familia de los jóvenes acribillados están esperando aunque sea una llamada telefónica.