Jueves, 28 de Noviembre 2024
México | VENTANA POR JOSÉ CÁRDENAS

CNDH: ¿siete mosqueteros?

Terminó la pasarela de los muchos (as) que aspiran a presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)

Por: EL INFORMADOR

Terminó la pasarela de los muchos (as) que aspiran a presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos ( CNDH). El próximo lunes conoceremos al trío finalista; el jueves 29 habrá un elegido (a). El futuro de la CNDH está en juego, al tiempo que la atención se concentra en cuestionar la farsa legislativa de la Ley de Ingresos (que irrita a pobres y ricos) y consignar los reclamos “pacíficos” del Sindicato Mexicano de Electricistas ( SME) contra medios de comunicación acusados de parciales y mentirosos, como Radio Fórmula. Late la noticia.

Según los analistas cercanos a este informador, hay siete mosqueteros dispuestos a conseguir el botín de poder que significa el organismo de derechos humanos más caro del mundo.

Mauricio Farah podría haberse descarrilado por su parentesco con Jesús Salazar Toledano; por su cercanía con Manlio Fabio Beltrones y familia (la hija y Pablo Escudero, el yerno verde); por su distanciamiento de José Luis Soberanes, lo cual le sería favorable. Sin embargo, Sergio Aguayo, Denise Dresser y Carmen Aristegui le han dado de palos.

De Emilio Álvarez Icaza se encargó la Iglesia, al cobrarle la factura del tema del aborto. La curia ejerció su sicario “derecho” de veto; muchos intelectuales de izquierda, están dolidos.
Gerardo Laveaga, inteligente y culto, se trepó a la terna; sin embargo, su origen académico (Escuela Libre de Derecho) y su protagonismo como “muy amigo” de Felipe y Margarita, le hacen daño. Gerardo es excelente para las cátedras penales, pero no tiene empaque de hombre de Estado.

Patricia Olamendi se subió a la “brava”. Brilla con luz propia. Es atravesada y muy capaz en el activismo a favor de los derechos de las mujeres. Su desempeño en Relaciones Exteriores con Jorge Castañeda dejó qué desear, por su obediente complicidad en la campaña foxista contra el Gobierno cubano y por su falta de acción ante la violación sistemática de los derechos de nuestros paisanos en Estados Unidos. La empuja la cuota de género; sus adversarios la califican de imprudente y oportunista; demasiado independiente y crítica.

Luis Raúl González Pérez, el último fiscal del caso Colosio, con todo el apoyo de la UNAM, parece haberse desinflado ante Javier Moctezuma Barragán y Raúl Plascencia Villanueva, quienes comparten cercanía con José Luis Soberanes, lo cual no parece ser buena recomendación a estas alturas. Plascencia es sereno, conocedor y prudente; dice que busca la CNDH por derecho propio. Moctezuma parece pusilánime; demasiado institucional; también es hijo de la “Libre”; es muy cercano al poder fáctico, léase Calderón, Gómez Mont, la Iglesia, Soberanes (Plan B), TV Azteca, Zedillo, PAN, PRI (de Manlio) y varios etcéteras. Si resulta elegido, se habrán confirmado las sospechas del ministro Genaro Góngora: “…la pelea por la CNDH está arreglada”.

Los demás aspirantes merecen respeto, pero matan pasiones; no están para ligas mayores. De los siete mosqueteros, apuesto por Olamendi, Moctezuma, González Pérez y Farah; pero nunca le atino.

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