Buscan en Sinaloa a culpables de bombazo

Todas las pistas sobre los prófugos conducen a Sinaloa. Ahí es donde las autoridades capitalinas y federales concentran la búsqueda de todos los que escaparon y se fueron de Tepito tras el fallido atentado contra el jefe Pegaso de la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSP-DF). Esos son los dominios de El Patrón, a quien ya autoridades identifican como Arturo Beltrán Leyva, el capo sinaloense del narcotráfico que controla el tráfico de droga y armas en el barrio bravo de la ciudad de México.

Esas son parte de las líneas de investigación que siguen los responsables de la averiguación previa sobre el bombazo del pasado 15 de febrero, e igualmente forman parte de las declaraciones e interrogatorios practicados por fiscales a las dos principales testigos del caso, Tania Vázquez Muñoz y Karla María de Monserrat González Gallegos La Monse, las cuales se encuentran contenidas en el expediente al que tuvo acceso EL UNIVERSAL.

Los días posteriores al fracasado atentado contra uno de los más importantes jefes policiacos del Distrito Federal, fueron de intercambio de llamadas y encuentros entre los participantes del complot.

Unos y otros revelaron sus planes de irse o esperar a que el panorama y la situación se tranquilizaran para saber cómo moverse.

La Monse vio días después a Daniel Ramírez Ávila El Nazi y éste le revelo que El Capri y El Mosco se habían ido de la ciudad de México tras fallar el ataque contra el jefe Pegaso.

Así lo narra en sus declaraciones hechas a los fiscales que la interrogaron. “Al día siguiente de que todos estaban reunidos en el bar, cuando escuché por la tarde las noticias del bombazo, fue cuando me di cuenta de que se trataba de lo que habían estado platicando esa noche en El Tequilas”, señaló La Monse.

Tres días después del fallido atentado, La Monse y El Nazi se reencontraron. Fue el 18 de febrero por la tarde. Ramírez Ávila se presentó en el centro nocturno donde actuaba como bailarina González Gallegos. Él la invitó a realizar el tour de trabajo, es decir, de distribución de droga entre los clientes a los que surtía directamente en sus domicilios de la periferia de la ciudad de México.

En el trayecto, en el automóvil propiedad de El Nazi, la mujer le espetó directamente a su novio: “no manches, están metidos en un súper pedo ¿verdad? Qué hacía Tania ahí en el video que salió”.

Su acompañante guardó silencio por un minuto y después sólo contestó: “ya ni hables de eso, es mejor decir que no los conocemos por cualquier cosa”.

—¿Y el Mosco?, insistió ella.

—Ya se desconectaron, y es lo mejor por ahora, respondió El Nazi dando por terminada la charla sobre ese tema.

Ya ante los fiscales, La Monse consideró: “Yo creo que El Mosco y los demás pueden estar escondidos en Sinaloa con el hombre que llaman El Patrón”.

SUN 06-03-08 IJALH