Biocombustibles, sólo con excedentes de granos

CIUDAD DE MÉXICO.- A nueve meses de que el Congreso de la Unión aprobó la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, el vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, José Luis Espinosa, expuso que el desarrollo de este mercado en el país dependerá de los excedentes de granos.
“No vamos a competir con la producción de productos alimenticios que afecten nuestros mercados o los mercados de otras naciones”, argumentó durante su participación en el Foro GLOBE de Legisladores de las Américas, que se lleva a cabo en la Cámara de Diputados.

Ante el riesgo latente de anteponer el mercado energético por el alimenticio, el legislador panista propuso la elaboración de tratados internacionales para el uso de energías alternativas sin perjudicar el abasto de alimentos en el mundo.

Al referirse a México, aclaró que los biocombustibles (etanol, particularmente) se producirán a base de caña de azúcar y no de maíz, como ocurre en otros países.

Hizo por ello un llamado a los legisladores de América Latina y el Sudeste Asiático para establecer una nueva relación solidaria en beneficio del planeta, a través de la utilización de sus tierras de cultivo para la elaboración de biocombustibles.

Sobre la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, la diputada Beatriz Manrique consideró que deberá ajustarse para evitar que la industria de los biocombustibles en el país compita con la alimentaria.

Al respecto, coincidió con su colega panista, en cuanto a que el campo agrícola mexicano, en especial en el caso del maíz, no es propicio en este momento para la producción de biocombustibles, pero sí en el caso de la caña de azúcar, ya que existen excedentes utilizables para la bioenergía.

En la reunión a la que asisten especialistas y congresistas de Sudáfrica, América Latina y Europa, hoy se discutió la dificultad que podría enfrentar México y otras economías emergentes para incursionar en este mercado, sobre todo en materia tecnológica.
El organismo Globe International, que agrupa a legisladores del G8 + 5, expuso que posiblemente las economías emergentes tengan problemas para acceder a la tecnología que permitan la elaboración de los biocombustibles de segunda generación.

De acuerdo con información de la Secretaría de Energía (Sener), en México se requieren, en el mediano plazo, inversiones de unos 160 millones de dólares, y en el largo plazo financiamiento adicional para la instalación de 45 destilerías.

Estimaciones de la dependencia señalan que en 2010 empezará la primera comercialización de biocombustibles en Guadalajara. (NTX)

Legisladores apuntan que se pueden canalizar los excedentes de la caña de azúcar para producir biocombustibles como el etanol, y con los demás granos pasaría lo mismo, sin sacrificar el mercado interno.