Martes, 26 de Noviembre 2024
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Arizona: muertes y repatriaciones

El recuerdo de la tragedia con más mexicanos migrantes muertos mientras cruzaban el desierto, y una ley que amenaza los derechos humanos de quienes carecen de documentos de residencia en Estados Unidos

Por: EL INFORMADOR

El recuerdo de la tragedia con más mexicanos migrantes muertos mientras cruzaban el desierto, y una ley que amenaza los derechos humanos de quienes carecen de documentos de residencia en Estados Unidos: eso simboliza actualmente Arizona en el rubro de migración. Fronteriza con Sonora, es inhóspita no únicamente por lo peligroso de sus enormes extensiones arenosas, sino, ahora, también por su recién aprobada legislación antiinmigrantes.

A pesar de los riesgos, es enorme el número de quienes se atreven a ingresar a Estados Unidos por Arizona. La crisis económica es un acicate. Sólo por Sonora, el año pasado se registraron casi 205 mil repatriaciones de nuestro país vecino a México; rebasan las 49 mil de enero a marzo de este año. Pero más que cantidades, las cifras esconden dramas. Un ejemplo: de las repatriaciones de 2009, rebasan 11 mil las de menores de edad, de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración.

Para cruzar a Estados Unidos, los migrantes mexicanos y centroamericanos seleccionan entre otras a una pequeña ciudad sonorense, fronteriza con Arizona: Sonoyta. Ahí reponen fuerzas y hacen el trato final con las bandas de “polleros”. Tras el acuerdo, sigue sobrevivir al desierto.

La travesía puede incluir viajar un tramo, escondidos en algún vehículo, y arribar tal vez a Lukeville u otra población de Arizona. De ese punto, trasladarse más al norte, hasta Ajo. Después, aventurarse a Phoenix, Tucson, Yuma o bien salir a otro Estado norteamericano. Son numerosas las posibilidades de ruta.

Los migrantes que se arriesgan a cruzar el arenoso terreno de Arizona, regularmente caminan dos días. Con agua, lonches y escasas pertenencias apretujadas en mochilas, avanzan por un terreno difícil, desconocido para la mayoría. Animales peligrosos acechan entre montañas, piedras, arena, cactus y huizaches. En la noche, el frío es terrible. En el día, las temperaturas ambientales llegan a 48 grados centígrados, que en el suelo alcanzan los 53 ó 54. Caerse en la arena, bajo los rayos del Sol, implica literalmente cocerse.

Hasta Sonoyta llegó en mayo de 2001 un grupo de 26 veracruzanos que buscaban mejores condiciones de vida. Pretendían ingresar a Estados Unidos por la llamada “Ruta del Diablo”; 14 fallecieron de sed en medio de la arena, quemados por los rayos del Sol, abandonados a su suerte por los “coyotes”, y los que sobrevivieron quedaron con daños orgánicos y psicológicos de por vida. Uno de los “polleros”, el que los guiaba, era de origen jalisciense.

A pesar de todo, cientos de miles seguirán intentando llegar a Estados Unidos vía Arizona. Ni el desierto ni la ley antiinmigrante lo impedirán.

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