Aprender o ignorar…

Usted, amable lector que mis escritos sigue, ¿Cómo habla…?  ¿Cree que lo hace correctamente..?  ¿Le es intrascendente observar la gramática para aplicarlo luego a la ortografía..?

Cuestiono el tema por los errores que a diario se escuchan en gente que se supone, por la preparación y cultura que debiesen tener, pues llana y simplemente desbarran. ¡Ah, y empezando por presidentes pasando por la fauna diputadil hasta el más ínfimo de los niveles.  Y va por esto…

En nuestra lengua española, el plural en masculino implica ambos géneros. Por esto, al dirigirse al público resulta incorrecto y por demás innecesario decir: “mexicanos y mexicanas”, “chiquillas y chiquillos”, “niñas y niños”, como en su ignorancia neónica, -le gustaba “iluminarla”-, el ex Presidente Fox puso en boga, y en el hoy, siguiéndole, una cáfila de otros ignorantes entre los que están políticos y comunicadores, llevándose entre los pies, -decir patas resultaría un tanto cuanto “grosero”-, al mismo Calderón Hinojosa.

¿Cuándo es entonces correcto decir ambos géneros..?

Únicamente cuando el masculino y el femenino son palabras distintas; diferentes.  Ejemplificando: “mujeres y hombres”, “damas y caballeros” o… O, “toros y vacas…”

Y tratándose de la Presidencia, que es lo adecuado: ¿Presidente o presidenta..?
En nuestra lengua hispana es por demás clara la existencia de los participios activos como derivados verbales. Con el verbo y con la gracia, ¡y olé..!, el participio activo del verbo atacar, es atacante; el de cantar, es cantante; el de existir, existente; y el de sufrir, es sufriente.

¿Y el del verbo SER..?  El participio activo es “ente” dado que tiene entidad. De ahí que para nombrar a la persona que ejerce la acción del verbo hay que dar la terminación mencionada de ENTE.

Visto lo visto; dicho lo dicho y escrito lo que escribo, a la persona que preside se le dice presidente, que no presidenta, independientemente de su género. Así…

Así, se dice adolescente, no adolescenta; paciente y no pacienta; comerciante que no comercianta y… Y estudiante y no estudianta.

Imagínese Usted con la incorrecta aplicación de las reglas gramaticales y de ortografía leer y escuchar: “La pacienta era una estudianta adolescenta sufrienta, integranta y representanta de las cantantas y también atacanta, que la velaron en la capilla ardienta ahí existente...”

Creo que para todos aquellos que tienen el deseo de superarse en su nivel personal y, ¡por qué no! Distinguirse, sobresaliendo del denominador común de tantos y tantos comunes conformistas y mediocres, -- insisto y repito, políticos y comunicadores con presidentes de por medio --, observar tanto el mejor hablar y escribir como norma de conducción de su desarrollo personal, le hará descollar en el mundo de medianías que tanto se padece en el hoy.

Y…  PENSÁNDOLO BIEN.

Y…  PENSÁNDOLO BIEN, es mejor el bien pensar que VALE MÁS VIVIR APRENDIENDO…  QUE VIVIR IGNORANDO.
¿O NO..?