Martes, 26 de Noviembre 2024
México | Por Sergio René de Dios

Aparador

Tijuana: muchos mundos

Por: EL INFORMADOR

El Río Tijuana está casi seco. Corre por en medio poca agua, inmunda, con hilos de espuma. Desde uno de los bordes del largo canal, decenas de migrantes observan la cercana muralla que divide a México de Estados Unidos. Ropa sucia, ojeras en rostros demacrados y al acecho, mochilas a la espalda, gorras de beisbolista. Se sientan en la tierra, bajo la sombra de los escasos árboles, conversan, caminan. Pretenden cruzar la línea de esta ciudad fronteriza. Contactar con un pollero, o hallar al “conecte”, intentar superar los pelones cerros de enfrente, escapar de la migra.
“Duermen hasta en las cuevas de los canales”, dice un mexicano que los observa desde el puente que atraviesa el río y conduce a una fallida plaza comercial, cerca de la garita.

Miles de vehículos en siete hileras avanzan a vuelta de rueda. Vendedores ambulantes ofrecen agua, nieves, juguetes, artesanías y demás, mientras torean automotores. El —se antoja— frío edificio café con leche revuelto con color chocolate, de la United  States Border Inspection Station, aguarda para revisarlos. Con lumínicas y rojas frases “Happy Holidays”, da la bienvenida. Una fila de autobuses también espera que agentes, perros y equipo electrónico los inspeccionen.

Ordenados, sobre la banqueta, decenas de personas buscan atravesar a pie la garita. Un enorme espectacular pregunta “¿Need cash fast?”.

Luego del reciente intento de atentado contra un avión norteamericano, en espacio norteamericano, la vigilancia es más extrema, indica un avecindado allá, en la Meca prometida de los migrantes.

Es menor la cantidad de vehículos y personas que regresan o ingresan a México. Los que llegan a Tijuana, a pie, atraviesan rápido las puertas giratorias. No hay comité de bienvenida. Avanzan por la calle primera, enfilan hacia la otrora floreciente Avenida Revolución. Ahora venida a menos, los negocios de esa rúa han decaído.

“Luego de tantas balaceras, robos y ajusticiados, disminuyó el turismo. Dejaron de venir gringos. Tienen miedo de que algo les pase”. La prensa tijuanense da fe de cómo arreció el número de asesinatos. Un semanario contabiliza mil 048 muertes sólo en Tijuana, durante la presente administración municipal. “Se habían calmado un poco tantas muertes”, explica un taxista. Militares, arma en ristre, cubierto el rostro, mirada atenta, en vehículos, rondan por las calles. Policías en convoy van y vienen.

En Catedral, una hoja blanca pegada en el ingreso precisa los domicilios en que se da comida u hospedaje gratuito a migrantes. Tijuana: ciudad de paso, muchos mundos, infinidad de sueños. Martes 29 de diciembre de 2009. El año nuevo está encima.

Sergio René de Dios / Periodista.
Correo electrónico: sergiorene1@hotmail.com

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