Alianzas y engrudo barato

El vaticinio estaba cantado con mucha anticipación por quienes saben de estos menesteres y, desde luego, por quienes serían los beneficiarios del ejercicio ciudadano. La consulta a población abierta en el Estado de México para que los electores decidieran si quieren que PAN y PRD vayan en alianza a la elección de gobernador de julio, daría como resultado un contundente sí.

Sin mayores problemas, sin incidentes que lamentar, la predicción se cumplió y la inmensa mayoría de los participantes dijeron querer que ambas fuerzas partidistas se hagan una sola para combatir en las urnas al PRI, que nunca ha soltado el poder en esa Entidad. En realidad ése no era, nunca lo fue, el problema; lo que resultaba cuesta arriba era lograr una convocatoria masiva (que superara los 250 mil que dieron el sí), pero más difícil aún que la alianza se concrete en una candidatura común.

Así es que, sin ser, ni mucho menos una simulación sino un modesto pero valioso ejercicio de consulta ciudadana, el sondeo fue como jugar solitario y ganar. Pero con los resultados en las manos, ahora perredistas y panistas están como corresponde en el espectro partidista mexicano: unos por un lado y otros por otro. Lo peor es que se siguen oyendo ecos de que la consulta sirve, de que la alianza va, de que al PRI se le puede derrotar. Suena bien, salvo por el hecho de que, desdeñando sus propios pactos, las dirigencias nacionales han respaldado ya a sus propios candidatos: Alejandro Encinas por el PRD y Luis Felipe Bravo por el PAN.

El Presidente Felipe Calderón no se ha quedado al margen. La secretaria general panista, Cecilia Romero, declaró que el presidente ha instado al PAN a seguir el plan de la alianza, pero, por otro lado, habría ofrecido a Encinas respaldarlo para que sea él quien abandere a ambos partidos contra el PRI, según ha dicho López Obrador. A Romero ya la desmintieron desde Los Pinos, al “legítimo” pocos le creen.
Dicho en cristiano: lo del Edomex es un auténtico desbarajuste y, por si fuera poco, presagia prolongarse hasta la elección presidencial de 2012.

El domingo 27 de marzo, mientras se realizaba la consulta mexiquense, el diario “El País” publicó una amplísima entrevista de su director, Javier Moreno, con el Mandatario mexicano. En ella se produjo este intercambio:

—Su partido (el PAN) ha ensayado alianzas con la izquierda en varios Estados para frenar al PRI. ¿Es posible que suceda algo similar en 2012 para evitar la vuelta del PRI al poder?

—“No lo sé, francamente. Yo lo veo muy remoto. Soy escéptico. Pero vaya, si me hubiera preguntado hace dos años si veía alianzas entre el PAN y el PRD en los Estados también le hubiera dicho que era muy remoto”.

—Y sin embargo ha sucedido. Quiero decir: ha sucedido con éxito.

—“Ha sucedido con éxito, efectivamente. Yo creo que depende. Al PRI le preocupan mucho. Pero la paradoja es que las alianzas son una función directa del antipriismo que el propio PRI suele suscitar”.

Hay antipriismo, y Calderón no descubre el hilo negro. Pero lejos de capitalizarlo, al PAN y el PRI ya se les hizo bolas el engrudo.