Martes, 26 de Noviembre 2024
México | HISTORIAS DE REPORTERO POR CARLOS LORET DE MOLA A.

“Ahí seguirías...”

El viaje fue para transmitir una semana la situación de crisis en el mundo árabe. Esa semana se había ya agotado.

Por: EL INFORMADOR

Carlos Loret de Mola A.  /

Carlos Loret de Mola A. /

Algo tenían los viernes en el Norte de África que estaban tumbando presidentes: Ben Ali, tras 23 años de mandar sobre Túnez, cayó el viernes 14 de enero, y Hosni Mubarak renunció a la Presidencia de Egipto que ocupó 30 años, en viernes, 11 de febrero.

Ambos dictadores abandonaron sus faraónicos reinados por dos circunstancias prácticamente idénticas: la presión popular expresada en manifestaciones callejeras a las que inicialmente intentaron reprimir a costa de asesinar opositores indefensos y que se les agotó el apoyo de la cúpula militar que los sostenía en el ejercicio antidemocrático de la política (tanto en Túnez como en Egipto, el Ejército se quedó al frente de los gobiernos nacionales tras el derrocamiento de los mandatarios).

El 25 de febrero, la oposición a Muamar Gadhafi avanzaba sólida rumbo a Trípoli, la capital, prácticamente el único sitio del país que permanecía su dominio; en manos de los rebeldes estaba la segunda ciudad más importante, Bengasi, la frontera con Egipto y una veintena de localidades en la Costa del Mar Mediterráneo, que es la zona más poblada de Libia (el resto es el Desierto del Sahara).

El excéntrico dictador había respondido salvajemente bombardeando civiles desarmados con la artillería pesada de su Fuerza Aérea, y por ello la comunidad internacional había congelado sus bienes y cuentas bancarias, negaba el aterrizaje de aviones privados con sus familiares huyendo y clamaba su caída a la brevedad. Además, el 25 de febrero era viernes y yo estaba en Libia. El país había despertado en contra de los pronósticos de los expertos, que calculaban que el dinero público proveniente del petróleo y las redes de espionaje político al servicio del sistema podrían sofocar cualquier llamarada contra Gadhafi.

El viaje fue para transmitir una semana la situación de crisis en el mundo árabe. Esa semana se había ya agotado.

— Va a caer. Ya va a caer. Deja me quedo. Es cosa de días. A lo mejor de horas —pedí, aposté por teléfono desde territorio en guerra civil.

— ¡Qué va a caer! Se va a aferrar. Esto va para largo, y tú tienes un programa que conducir en México: ¡ni modo que tú estés allá viendo si cae o no cae por semanas! —contestó el entrañable Polo Gómez, vicepresidente de Noticieros Televisa.

Mañana, viernes 25 otra vez, se cumple un mes de una discusión que claramente el doctor ganó: Gadhafi sigue sin caer, a pesar de que ahora hasta le lanzan misiles los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

“Ahí seguirías...”, me dijo con su indisoluble ironía el querido Enrique Campos, comentarista financiero y director de Noticias de Radio Fórmula, cuando le conté esta historia hace unos días.

Y yo por eso ya no me atrevo a contestar la de: ¿Qué crees que pase con Gadhafi?

Saciamorbos

La coincidencia puede tener un trasfondo religioso: el viernes es feriado para los musulmanes por dedicarse al rezo (como el domingo de los católicos), y es cuando más gente se puede juntar en la plaza.

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