Jueves, 28 de Noviembre 2024
México | VENTANA POR JOSÉ CÁRDENAS

A medio camino

En el primer trienio del régimen ha ocurrido todo lo que no debió pasar

Por: EL INFORMADOR

En memoria don Joaquín Vargas Gómez,
pionero de la radio


En el primer trienio del régimen ha ocurrido todo lo que no debió pasar; infinidad de calamidades económicas y políticas. Han quedado cicatrices.

La crisis, agravada por un mal manejo interno; no llegó de un día para otro, avisó; la eficacia fue vencida por la soberbia. En consecuencia, las promesas de empleo y combate a la pobreza quedaron entrampadas. Hay tormenta de números rojos: seis millones más de pobres, tres millones en el desempleo, 70% de la población en riesgo de caer en pobreza.

La lucha contra el crimen organizado sigue cobrando más víctimas (van 15 mil) y encarcelando menos verdugos. Esa guerra arroja saldos injustificables; se duda si el costoso embate calderonista era indispensable en tales términos, o fue más bien un pretexto de legitimación del poder luego de tan cuestionado arribo.

Si el Presidente retrata al país en entrevistas y discursos, también podemos retratarlo a él. Para ello, me permito reproducir fragmentos de algunas ideas publicadas por el analista Alfonso Zárate, en su Lectura Política: “[…] Calderón es un político profesional. Abierto al legítimo intercambio de prendas y a la negociación en corto —suele ser complicado a la intemperie— con los opositores leales […] Un gobernante sobrio, severo y eficaz en el cumplimiento de su primer deber: desarmar a los antagonistas del chantaje, el lenguaje violento y el dogma que los confirma como un ‘peligro para México’ […] Un político templado y de temple, como lo quería la sociedad que cuenta y lo celebró la mayoría ciudadana […] Un político sagaz, avispado y valiente. Realista y pragmático […] Es por ello —subraya el politólogo— que ahora sorprenden la intemperancia y el ánimo rijoso en el discurso. La escasa disposición a conceder razón a quienes discrepan de la perspectiva oficial. […] El presidente Calderón luce cada vez más solo, ensimismado, irritable. Y eso no le hace bien a la República. Especialmente cuando faltan tres largos años de conducción extraordinariamente compleja […] ¿O será justamente eso: que el malestar y la irritación enmascaran el profundo hartazgo de un político profesional […] de escasa tolerancia a la frustración y la derrota?”.

En la conmemoración del tercer año de gobierno, el Presidente anunció: “Es hora de cambiar a fondo [...] Propongo pasar de la lógica de los cambios posibles a la lógica de los cambios de fondo”. Lo mismo dijo hace tres años, lo mismo repetirá cuando entregue la banda. A Felipe lo apura la desventura. No vemos a un Presidente enviando mensajes de esperanza, sino explicaciones, a modo de disculpa. A la mitad del camino, el Presidente se percibe harto, y buena parte de la población, también.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones