A la caza del voto marginal

Detrás de la tolvanera que levanta la aprobación de matrimonios entre homosexuales y la posibilidad de que éstos adopten hijos, se mueven, al mismo tiempo, los resortes de una sociedad aún mayoritariamente conservadora como la mexicana —con todo y expresiones de homofobia—, un reclamo histórico de la comunidad LGBT (Lésbico, Gay, Bisexuales y Transexuales) y los derechos de las minorías; y en medio de todo eso, una muy bien armada estrategia política y electoral del jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Con la bandera de las garantías jurídicas de las minorías, Marcelo Ebrard ha puesto en marcha una estrategia prospectiva de “diferenciación” y búsqueda del voto marginal, pero también del voto joven rumbo a la elección presidencial de 2012. Intenta echarse a la bolsa a un electorado que se ubica mayoritariamente en la franja de los indecisos, o que apoyaron a opciones ya desaparecidas como la socialdemocracia.

Si a José Luis Rodríguez Zapatero la legalización del matrimonio gay en España le dio la diferencia de votos suficiente para ganar el Congreso en 2005, Marcelo apuesta no sólo a abanderar la izquierda progresista y moderna, opuesta por completo a la derecha conservadora, sino también a marcar claramente sus diferencias con la izquierda callejera del lopezobradorismo, también conservadora en esos temas.

Las iniciativas que fueron vetadas por López Obrador en su sexenio, como el aborto y los derechos de las minorías, son las que hoy enarbola Ebrard en una apuesta política e ideológica en la que, al tiempo que se vuelve la contraparte del PAN y la derecha, también se distingue del conservadurismo priista representado con figuras como Enrique Peña Nieto, sin propuestas ni definiciones en ésos y otros temas polémicos.

A las duras críticas de las asociaciones religiosas, Ebrard les respondió que “afortunadamente vivimos en un Estado laico”, y sin pelearse con poderosas iglesias como la católica, le dejó ese pleito a la dirigencia nacional del PRD. Así, la apuesta de Ebrard es arriesgada y busca catalizar a su favor grupos de electores liberales, marginales y nuevos votantes que se identifiquen con sus propuestas progresistas.

Ya se verá si su estrategia es redituable, pero por ahora, hay que reconocerle al jefe de Gobierno que al menos da color y toma posiciones, sin buscar nadar “de a muertito” como hacen tantos otros aspirantes presidenciales.

NOTAS INDISCRETAS… Con Moisés Saba, Ebrard no sólo perdió a un amigo; también a uno de sus principales financiadores… Se intensifica la guerra sucia en Veracruz. Ayer circularon por internet versiones anónimas que ligan al Gobierno de Fidel Herrera y a su delfín Javier Duarte, con el cártel del Golfo… ¿Por qué el senador Madero se bajó de la pelea por la candidatura en Chihuahua? ¿Falta de ganas o de popularidad?... Paran los dados. Escalera para todo el año.