¿A dónde se va el dinero?

Hace 23 días, en entrevista radiofónica, el gobernador Emilio González Márquez abordó el tema del conflicto con la Universidad de Guadalajara por la demanda presupuestal. Se habían cumplido ocho días de marchas de centenares de miembros de la comunidad universitaria que culminaban en Casa Jalisco, algunas en tono festivo, otras con ribetes ofensivos en las expresiones hacia el mandatario. Ese miércoles 8 de septiembre se reunió con el gobernador la coordinadora de los diputados federales panistas, Josefina Vázquez Mota, quien cabildeaba con los mandatarios de su partido las prioridades del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2011.

Le pregunté al gobernador qué le pediría a la legisladora en materia de recursos federales para Jalisco, y respondió: “Le vamos a pedir más apoyo a la UdeG en el gasto ordinario, que quede presupuestado desde un inicio todo lo que va a recibir la Universidad (del gasto) federal, para evitarnos tanta pérdida de tiempo y tanta discusión”.

VW: ¿Entonces usted prevé que las marchas (universitarias) no se van a acabar?

EGM: ¡No!, y ni pido que se acaben, yo creo que es una expresión legítima ¿Sabes qué está pasando? Que los jóvenes que están marchando, cuando escuchan y cuando ven que les estoy entregando nuevos cheques, muchos de ellos están diciendo “¡Ah caray! Sí están recibiendo el dinero y no se está yendo para mi prepa, ¿entonces para dónde se está yendo el dinero?” Yo les digo: para el Centro Cultural Universitario (CCU, que es) 80% negocio y 20% cultura.

VW: ¿Tiene previsto en algún momento diálogos con Raúl Padilla?

EGM: Muchos, tengo muchos (diálogos) con él. Normalmente con él y con muchos actores políticos me reúno a platicar de los temas de interés.

VW: ¿Entre ellos está el CCU?

EGM: Si ¿Ya sabes cómo le dicen algunos? El “Centro Comercial Universitario”, pero no coincido, es el Centro Cultural Universitario.

Pasaron tres semanas. Las marchas y manifestaciones se multiplicaron. La confrontación verbal entre actores universitarios alineados al ex rector Raúl Padilla y funcionarios estatales escaló en agresividad. Las posiciones se radicalizaron. Emilio insiste en que ha cumplido con dar a la UdeG lo que le corresponde, pero “no para los negocios de quienes controlan a la Universidad”; desde la casa de estudios aseguran que les debe dinero y que no lo malgastan.

El miércoles 29 ambas partes llegaron al momento de la “megamarcha” más asustados que beligerantes. Desde los dos bandos hubo temor de que se desbordaran las cosas y apareciera la violencia, accidental o inducida. Para bien de todos no ocurrió nada qué lamentar. Lo único que debemos lamentar los jaliscienses, es que siguen exactamente en el mismo punto desde que inició la confrontación, sin que nadie diga, de manera contundente e irrebatible, a dónde se va el dinero.