México | LIBRE DIRECTO POR JAIME GARCÍA ELÍAS — Veracidad Convendría, mientras siga vigente el Octavo Mandamiento de la Ley de Dios, que quienes se esfuerzan en predicarlo, se esmeraran también en practicarlo a cabalidad Por: EL INFORMADOR 15 de febrero de 2010 - 03:07 hs Convendría, mientras siga vigente el Octavo Mandamiento de la Ley de Dios (“No levantarás falso testimonio ni mentirás”), que quienes se esfuerzan en predicarlo, en imbuir a sus catecúmenos la virtud de la veracidad, se esmeraran también en practicarlo a cabalidad; es decir, que no mintieran... O, al menos, si creen tener necesidad de hacerlo, que no lo hicieran tan burdamente. * Caso concreto: se aprobó, finalmente, la semana pasada, por mayoría aplastante (363 votos a favor, uno en contra y ocho abstenciones), en la Cámara de Diputados, la reforma al Artículo 40 de la Constitución. La iniciativa planteaba incorporar una sola palabra al texto vigente: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica —ésa es la palabra en cuestión, federal, compuesta de estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”. El laicismo —ya se ha dicho— es “la doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, de toda influencia eclesiástica o religiosa”. Punto. El laicismo lleva implícito el derecho de cada individuo a tener sus propias creencias... o increencias. En todo caso, si de prohibir se trata, el laicismo trata de prohibir que nadie pretenda imponer, en materia religiosa, su manera de pensar, sus normas de conducta, sus principios y valores, a toda la comunidad. El laicismo, por poner un caso concreto, procuraría enmendarles la plana a los consumadores de la Independencia cuando decidieron, hace 200 años, a partir de su propia perspectiva de la historia —en los albores apenas del llamado “Siglo de las Luces”—, que en México habría una sola religión, obligatoria y excluyente de todas las demás (obvia decir cuál...), “per omnia saecula saeculorum”. * Sostener —como lo hace algún prominente pero obviamente no muy docto sacristán— que la reforma implica una expresión de intolerancia, que acota las garantías de libre credo y de reunión, “y, sobre todo, de expresión”, es, por una parte, querer ver un retroceso donde hay un evidente avance para la sociedad. Es ver moros con tranchete. Es querer ser más papista que el Papa. Es olvidar que siempre será preferible que los hombres tratemos de entendernos a partir de la razón, que pretender lograrlo a partir de la fe. Y es, por sobre todas las cosas, faltar a la verdad. O sea, mentir. Fernando Savater, en “La Vida Eterna”, sostiene que “ciertas conquistas de la dignidad humana se hicieron remando contra el Cielo... o, al menos, contra sus representantes más distinguidos”... A algunos podrá dolerles. Pero es verdad. Temas Cámara de Diputados Rotonda Libre directo Lee También Es necesario tener políticas de reacción ante amenazas de EU Acuerdan compra de agave a más de 5 mil productores tradicionales Crece asistencia y derrama económica del Festival Ilusionante 2024 Clemente Castañeda insta a retomar la reducción de la jornada laboral en México Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones