Dada la alta incidencia en homicidios registrados desde 2015 por las fiscalías y procuradurías de las 32 entidades del país, el pronóstico siempre fue que México rompería todos los récords. Y año con año así ha ocurrido.En 2017, la República Mexicana se tiñó de rojo. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), siete mil 029 jóvenes de los 15 a 24 años fueron asesinados (19 al día). Fue, de hecho, la primera causa de muerte entre los mexicanos con ese rango de edad.Ese año ocho alcaldes entraron a la estadística de homicidios, y por primera vez en la historia reciente de México, se registró un ataque al interior de una escuela, en el Estado de Nuevo León, que cobró tres víctimas.Decapitaciones, agresiones directas, cientos de cartulinas y mensajes de amenazas junto a cuerpos desmembrados durante 12 meses marcados por la violencia. Al final, el año cerró con 28 mil 870 víctimas; 28% más que en el año previo.Con una tasa de 24.8 homicidios por cada 100 mil habitantes, México se ubica en la posición 12 de los países más violentos de todo el mundo, según el Estudio Global de Homicidios 2019 del Centro de Información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Supera a sitios como Puerto Rico, Filipinas e incluso Afganistán.El análisis internacional más reciente de ese fenómeno revela que Centro y Sudamérica son los puntos del continente americano con la tasa más alta de homicidios. El Salvador, cuna de la pandilla “Mara Salvatrucha”, es, y por mucho, el más violento del mundo: registra 61.8 asesinatos por cada 100 mil habitantes.Enseguida se encuentra Jamaica, que también advierte una alta presencia de pandillas: 57 homicidios en su tasa.El mapa global de violencia tiene un foco rojo que acapara una región entera, y éste se encuentra sobre 16 de los 28 países del continente americano que compartieron su estadística de asesinatos a la ONU; todos en el Centro y en el Sur. Groenlandia, Estados Unidos y Canadá no figuran.El problema es que México ha empeorado sus cifras desde entonces. Subió 16.8% los homicidios en 2018 e impuso un nuevo récord de violencia, y según el experto en temas de seguridad, Alejandro Hope, para que en 2019 no ocurra de nuevo “el promedio mensual en noviembre y diciembre tendría que ser igual o menor a dos mil 540 (víctimas)”, algo no visto desde agosto de 2017.Ni China, el país con más habitantes del mundo; ni Japón, donde opera una de las mafias más longevas. Ni siquiera Afganistán, que atravesó una guerra civil los primeros 13 años del milenio tras los atentados de 2001 en el World Trade Center. Ninguno de esos países supera a Jalisco en la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, según el Centro de Información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).En su Estudio Global de Homicidios 2019, la organización revela el análisis que hizo de los asesinatos por tasa en 99 países (100, si se considera a Jalisco como uno). Una conclusión es que los homicidios directos, y no los que son consecuencia de las guerras, han provocado más muertes. Son cuatro de cada 10 atribuidos a esta causa.Dicho estudio se construyó con información de las policías y fiscalías del mundo, y en sitios donde eso no se logró los datos fueron de instancias de salud pública. La cifra total: 463 mil 821 víctimas de homicidio en 2017 (el dato más reciente de la ONU). Esto es, 52 por hora; una cada 48 segundos. México aportó 28 mil 870 asesinatos de ese total: 6 por ciento. Y lo peor es que, si bien 2017 se caracterizó por ser el más violento en la historia reciente, los dos años siguientes han establecido nuevos récords. En 2017, el Estado de Jalisco registró 20 homicidios por cada 100 mil habitantes, tasa suficiente para ubicarlo en el sitio 13, y por encima de 87 países. Tal es la distancia en la violencia local con la internacional, que ningún país de Europa, Asia ni Oceanía está por encima de nuestro Estado.*homicidios por cada 100 mil habitantesLos asesinatos en el mundo se han incrementado. Tanto, que la ONU advierte que sería imposible cumplir los compromisos globales de paz, justicia e instituciones sólidas. “La actividad criminal es responsable de muchas más muertes en todo el mundo que los conflictos armados y el terrorismo juntos. A menos que la comunidad internacional tome medidas decisivas, el Objetivo 16 (del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) para reducir significativamente todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad relacionadas para 2030, podría no cumplirse”.Mientras en América la tasa de homicidios aumenta, en el resto del mundo disminuye.De acuerdo con el Estudio Global de Homicidios del Centro de Información de la ONU, en el continente americano el perfil que más riesgo corre es el de los jóvenes de entre 18 y 19 años, cuya tasa de homicidios es de 46 por cada 100 mil habitantes. “Mucho más alta que el riesgo que enfrentan sus pares de otras regiones”. Mientras, Europa registra una disminución destacable. El “viejo continente” tiene 63% menos asesinatos con respecto a las cifras de 2002; y en Asia, aun con sus problemas en China y la Península de Corea, la tasa disminuyó 36% desde 1990. *miles de millonesEl estudio reconoce que hay “lagunas” para obtener datos confiables en diversos países de África, y que “el homicidio no se denuncia en las estadísticas oficiales en países del Pacífico”. “En términos generales, las tasas de homicidios han estado en un nivel constantemente alto en las Américas (particularmente Centro y Sur) en las últimas tres décadas. Durante el período 1990–2016, la tasa promedio se mantuvo entre 14.5 y 16.7 por cada 100 mil habitantes (alrededor de dos o tres veces el promedio mundial), antes de aumentar a 17.2 en 2017”.Una de las conclusiones para explicar el aumento es “la intensificación de la acción del Estado contra las organizaciones de tráfico de drogas, lo que lleva a disputas territoriales sobre rutas lucrativas de estupefacientes”. Un ejemplo local de esto es la llamada “guerra contra el narco” que emprendió en 2007 el ex presidente de México, Felipe Calderón.América del Norte, detalla, redujo la tasa de homicidios de 9.0 a 4.2 por cada 100 mil habitantes desde principios de la década de 1990 hasta 2014. Sin embargo, “en los últimos años, la tasa de homicidios en la subregión (principalmente en Estados Unidos) ha vuelto a subir a 5.1”.El continente tiene una tasa “persistentemente alta” en homicidios. Destaca que si bien hay una tendencia errática, siempre se han mantenido por arriba del promedio, lo cual es atribuido a la actividad de grupos del crimen organizado y a las pandillas (El Salvador, cuna de la “Mara Salvatrucha”, es el país más violento del mundo).No obstante, revela que “la relación entre el tamaño de los mercados de drogas y el homicidio no es necesariamente lineal”, pues la violencia sólo ocurre y se intensifica “cuando cambia el equilibrio de poder, aumenta la competencia en el mercado y surgen disputas territoriales”.Según los académicos citados por la ONU, un fenómeno que explica la tendencia descendente de asesinatos en ciertas regiones de Europa y América del Norte es el desarrollo tecnológico. Pero tampoco se deja de lado que el aplicar un modelo exitoso de gobernanza y del Estado de derecho ayude a reducir la violencia en regiones desarrolladas. Ello, añade, abona a “la promoción del autocontrol y el cambio cultural hacia una mayor civilidad”. Las zonas en donde se ha registrado un cambio en el estilo de vida de los jóvenes, gracias a un mayor uso de internet, también ha incidido en darles un mejor panorama. “El acceso a la computadora causa, tanto en los posibles perpetradores como en víctimas potenciales, pasar más tiempo en casa y menos tiempo en público, lo que resulta en una menor probabilidad de involucrarse en un conflicto cara a cara, incluido el homicidio”.*homicidios por cada 100 mil habitantesFuente: Estudio Global de Homicidios 2019 de la ONU.El “Viejo Continente” siempre ha registrado una baja incidencia en homicidios, y salvo Europa del Este (que incluye una parte de Rusia), ha registrado una disminución paulatina desde 1990 en las tasas de homicidios. La explicación que se ofrece sobre la región Este se atribuye al sociólogo Émile Durkheim, y es que la transición del comunismo al capitalismo generó conflictos de valores, lo que llevó a sus habitantes “a un estado de anomia” (desorganización social) que contribuyó al aumento de los delitos violentos, entre ellos el homicidio.Salvo su región Occidental, este continente se caracteriza por una disminución continua en su tasa de homicidios. El documento destaca la realidad más actual de Indonesia, Brunéi y Singapur, países “modelo” de su región en materia de homicidios. El contraste es Filipinas, que en el pasado registró una reducción pero que ha sido azotada por el crimen organizado y las pandillas, algunas de ellas incluso ligadas al Estado Islámico.En el llamado “continente negro” no se logró obtener información precisa sobre homicidios en muchos de sus países, y por ello no hay un análisis a largo plazo de la situación que se vive allí. Después de que se abolió el sistema de Apartheid, a principios de 1990, la tendencia en homicidios redujo notablemente debido al establecimiento de una democracia multipartidista, pero desde 2011, las cifras han vuelto a aumentar. A diferencia de otras regiones, no hay detalles sobre las razones detrás de los homicidios en Oceanía, aunque dadas las cifras de los cuatro países que concedieron información a la ONU, se infiere que es un punto con baja incidencia.La evidencia es amplia. Intervenir con inteligencia y no con mano dura un espacio dominado por el crimen puede recuperarlo. La publicación de la ONU afirma que existe “amplia evidencia” de que las estrategias bien planificadas pueden ayudar a reducir la delincuencia. “Un ejemplo positivo es el de Colombia, con su pilotaje de las intervenciones en puntos críticos, conocido como ‘Plan Cuadrantes’, que han conducido a fuertes reducciones de la criminalidad”.Belo Horizonte, Río de Janeiro y Sao Paulo son otros puntos donde las autoridades brasileñas implementaron políticas de proximidad exitosas, según los académicos Robert Muggah y Katherine Aguirre, del Instituto Igarapé.“Otras estrategias basadas en el lugar incluyen la vigilancia policial orientada a problemas y la prevención del delito a través del medio ambiente, lo que implica adaptar el diseño del entorno construido para disuadir el comportamiento criminal y fortalecer la vigilancia natural”.En todo el mundo, 81 de cada 100 víctimas de homicidio doloso son hombres. La tasa (9.1 por cada 100 mil habitantes) de asesinatos a personas del sexo masculino también supera los indicadores del otro género. América es el continente que tiene las cifras más altas en este delito. No obstante, hay regiones del mundo con una baja tasa de homicidios, como Japón, Corea y Austria, donde las mujeres son mayoría.En 2015, los estados miembros de la ONU acordaron reducir “todas las formas de violencia y tasas de mortalidad relacionadas” de cara a 2030. Pero “basado en los niveles y tendencias mundiales actuales de homicidios, es poco probable que se alcance este objetivo”.La tasa de homicidios fue el indicador principal acordado para el seguimiento del objetivo, pero hace cuatro años, cuando se suscribió el acuerdo, ésta era de 6.02 víctimas por cada 100 mil habitantes, y dos años después creció a 6.14. Eso “muestra claramente que no se ha avanzado en el logro de la meta”.