“Antes aquí todo era llano”, una frase que solían decir los abuelos al contar sobre cómo la ciudad se fue poblando. Lo cierto es que a poco más de 481 años de su fundación, Guadalajara, y en sí la Zona Metropolitana, lucen muy distinto a como solían ser, gracias al crecimiento de su población, la llegada de nuevos modos de transporte y las necesidades de vivienda. Uno de los focos en los cuales podemos ver este cambio a simple vista es sin duda la transformación de distintas avenidas consideradas como principales, las cuales han sufrido una metamorfosis gracias a los cambios en los modos de trasladarse de un punto a otro. La avenida Alcalde es quizá la que ha vivido el cambio más reciente y uno de los más importantes históricamente hablando, constituyéndose como una de las arterias primordiales de la Guadalajara Moderna. Entre los siglos XVII y XVIII llevaba el nombre de calle de Santo Domingo, pero fue en 1893 cuando se le tituló bajo “Fray Antonio Alcalde”. Por años fue paso de miles de vehículos automotores, sin embargo, ante la llegada de la Línea 3 del Tren Ligero, que corre por debajo de la misma, en el corazón de Guadalajara, se convirtió en un andador peatonal desde La Normal, y el cual se extenderá hasta la antigua estación de trenes en la avenida Washington en los próximos años, constituyéndose ya como un espacio cultural donde se desenvuelven distintas actividades, que van desde una tarde de ajedrez o de libros, hasta la realización de conciertos o puestas en escena.Otro de los cambios más recientes, casi imperceptibles, es la avenida Hidalgo. Si bien una de las transformaciones más significativas y que quizá pocos notaron, fue en primer lugar la desaparición del Trolebús (conocido como la ruta 400 Parvial) y que dejó de circular como muchos lo conocimos, conformados por sus unidades articuladas blancas, y sujetas a los cables de luz, ante la llegada del Sitren en febrero de 2016 para renovar el servicio de este transporte público con unidades ecológicas. El “Parvial” pasó a ser entonces la Línea 3 del Sitren, como la conocemos hoy día, y aunque sigue conectado a la luz, hoy luce sin duda como un vehículo moderno, dejando de lado las añoranzas de la historia reciente. La avenida Hidalgo, constituida hasta hace poco más de un año por cuatro carriles de circulación en el corazón del Centro de Guadalajara, era una vía completamente vehicular, tanto por la parte superior, como en la inferior en el paso a desnivel antes de la avenida Alcalde; era común ver camionetas de carga y taxis al exterior del mercado Corona, hasta que este se incendió en mayo del 2014. El fuego consumió el inmueble casi en su totalidad, y a partir de ello vino una renovación integral que incluyó las inmediaciones del inmueble, haciendo que la avenida Hidalgo se constituyera como un espacio peatonal desde la calle Contreras Medellín, permitiendo solo el paso del Sitren hacia la calzada Independencia y de vehículos de tránsito local a ciertas horas del día, acciones inauguradas en marzo de 2016. Lo único que quedó de aquel recuerdo fue el arco de entrada al Mercado, pues ni siquiera la estatua del Amo Torres que se hallaba en el recinto volvió a ser igual desde que su machete fue robado en 2017. Pero no fue todo. En septiembre de 2022 se inauguró el primer Busbici de la ciudad entre Victoriano Salado Álvarez y Contreras Medellín, un carril exclusivo para la circulación de ciclistas, compartido con el transporte público hacia la Calzada y permitiendo el paso de vehículos de emergencia. Gracias a ello, se logró no solo contar con una nueva vía segura para el paso de personas ciclistas en la ciudad, sino que los trayectos del transporte público disminuyeron en su primer año de implementación, de 30 minutos en horarios de máxima demanda a 12 minutos en cualquier horario. La primera ciclovía construida en la Zona Metropolitana de Guadalajara se ubicó sobre la avenida Federalismo en 2008. Contaba con una extensión de quince cuadras, de los 10 kilómetros que prometió el entonces alcalde de Guadalajara, Alfonso Petersen Farah. La ruta correría entonces por la mencionada avenida, desde Alemania y hasta la calle Pedro Moreno.El crecimiento de la ciudad hacia el Sur ha traído consigo la necesidad de dar soluciones al congestionamiento vial que ha ido empeorando en los últimos años esta zona de la Metrópoli. La construcción de nuevos complejos habitacionales de alta plusvalía y la edificación de nuevas zonas comerciales han saturado el tráfico a niveles donde la circulación alcanza, en algunos tramos, una velocidad de hasta cinco o seis kilómetros por hora. Entre las obras emprendidas se encuentran por ejemplo la iniciada en diciembre de 2013, en la gestión del entonces gobernador, Jorge Aristóteles Sandoval, cuando se construyó un nuevo paso a desnivel sobre López Mateos al cruce con Ramón Corona con el objetivo de dar mayor fluidez al paso continuo de vehículos, pues en ese tiempo se llegó a contabilizar una afluencia, en horas pico, de un estimado de 21 mil 857 automotores. Otra de las obras fue la emprendida al cruce de esta avenida con el Periférico. También se construyó un paso subterráneo para agilizar el paso de autos que circularan desde el sur y buscaran incorporarse al anillo Periférico hacia la izquierda, con rumbo a Mariano Otero, el cual fue inaugurado en 2017. Hoy la avenida López Mateos es nuevamente tema de discusión en busca de nuevas soluciones viales que den agilidad a la vía en ambos sentidos, para lo cual incluso se han implementado mesas de discusión con personas usuarias, especialistas y autoridades, en busca de analizar distintas propuestas que incluyen desde uso de vehículos compartidos, líneas exclusivas de transporte, restricción de paso de automotores pesados, y hasta la posibilidad de edificar un segundo piso. El Tren Ligero se ha constituido como un agente detonador de cambios para las distintas avenidas de la ciudad, no solo en el caso de la avenida Alcalde, sino también en vialidades como Ávila Camacho (renovada completamente para la llegada de los Juegos Panamericanos del 2011) o Revolución. Hoy quizá muy pocas personas recuerdan cómo lucía la avenida Federalismo, y Colón en su continuación, antes de la llegada de la Línea 1 del Tren Ligero, por ejemplo. De acuerdo con información del Sistema de Tren Eléctrico Urbano, para unir los extremos Norte y Sur de la ciudad, se creó en los años 70 la calzada Federalismo en el espacio que abarcaba tres calles: Escobeda, Moro y Mezquitán, y por debajo de ella se buscaba implementar el primer transporte colectivo subterráneo. Inicialmente se trataba de un Metro (con material rodante de ferrocarril); sin embargo, derivado de limitaciones presupuestales, se implementó el sistema de trolebuses. Fue en 1976 cuando se inauguraron dos líneas de trolebús que circulaban por las instalaciones subterráneas previstas inicialmente para el Metro en Guadalajara; sin embargo, para 1989, con base en los avances tecnológicos y las experiencias en otras ciudades del mundo, se inauguró la Línea 1 del Tren Eléctrico Urbano en dicha vía con los primeros 16 trenes, logrando así unir norte con el sur de la ciudad. Situación similar ocurrió en la calzada Independencia ante la llegada del Macrobús, el cual comenzó a ser construido en abril del 2008, quedando concluido en solo un año para ser inaugurada en marzo del 2009; entonces, la calzada Independencia vivió uno de los cambios más importantes para revivir esta vía de la ciudad de la Guadalajara moderna. En el año de su construcción se estimaba que existían unas 130 rutas distintas de autobuses que recorrían la calzada Independencia y entraban a las diversas colonias; sin embargo, a la llegada del Macrobús estas fueron eliminadas para dar paso a los vehículos articulados que pretendían dar celeridad y eficacia al servicio del transporte público, estableciendo paraderos y frecuencias de paso lo más exactas posible.TELÓN DE FONDOUn caso especial ha sido el Periférico, obra que pretendía rodear la Metrópoli y que nunca pudo ser cerrada en su totalidad por conflictos sobre predios. Su extensión es de alrededor de 80 kilómetros y cruza 6 municipios: Guadalajara, El Salto, Tlaquepaque, Tlajomulco, Tonalá y Zapopan. Alrededor de los años 70 se configuró dicha vía en su primera parte, y fue en 2008, en la administración de Emilio González Márquez, que se emprendió su ampliación hacia el Oriente, contemplándose como el “Nuevo Periférico Oriente”, de la carretera a Chapala (a la altura del Aeropuerto Internacional de Guadalajara) hasta Colimilla. Sus cambios más recientes iniciaron en 2017 cuando se iniciaron las obras para la construcción de un nuevo paso a desnivel en el Periférico Norte. Se trató del Viaducto Belenes, una propuesta del entonces gobernador Aristóteles Sandoval, para dar agilidad a esta vía por debajo, y por arriba mayor seguridad a estudiantes y peatones de la zona, ante la conformación del Centro Cultural Universitario de la UdeG. La obra fue antecesora de los cambios generales que traería consigo la construcción del Peribús inaugurado en enero del 2022, ya que este nuevo sistema de transporte permitió renovar la carpeta asfáltica en su totalidad en el tramo compuesto por el mismo, de la Estación Barranca de Huentitán hasta la Carretera a Chapala.