Las seis ciudades donde los turistas no son “bienvenidos”

Uno de los paraísos marinos está ubicado en Tailandia. La Isla Tachai  es admirada por los turistas por su versatilidad marina, corales y flora. El lugar por muchos años permaneció abierto al público, pero fue a partir del año 2016, cuando autoridades nacionales decidieron cerrar el paso a los turistas, ya que los arrecifes se habían visto gravemente afectados.

Una de las ciudades que ha buscado limitar el turismo es Barcelona. Según el diario El País, la ciudad ha congelado las licencias para la creación de nuevos hoteles y departamentos de alquiler como los de la plataforma AirBnb con el fin de disminuir la demanda turística. Además los propios ciudadanos han tomado medidas como colocar pancartas con palabras de odio a los turistas.

La capital de Holanda es uno de las ciudades con más popularidad a nivel mundial por la apertura sexual, con drogas legales y por su movilidad no motorizada. Aunque para muchos este podría ser el paraíso de la fiesta, para el gobierno holandés los turistas se han encargado de destrozar la historia de la ciudad y convertirla en un referente “open mind” en el mundo, sin que sea importante su historia, arquitectura y tradiciones.

Para las autoridades Italianas la única forma de frenar el turismo es imponiendo normas que limiten el número de visitantes anuales. Según El país, en 2016, se decidió que el número de visitantes que ingresen a Santorini sea de ocho mil.

Sin importar la belleza que caracteriza a Cinque Terre, ciudad costera declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, sus autoridades han decidido limitar el número de turistas a un millón y medio de turistas anuales.

De alguna forma Bután ha buscado la forma de preservar el paisaje virgen de la ciudad y su cultura. Aunque no cuentan con un límite de turistas, la ciudad ha buscado la forma de que la ciudad se convierta en un lujo y con esto, disminuir el número de visitantes en la ciudad.